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1.12 Los Oráculos de Noé

En el relato de la embriaguez de Noé y el pecado de su hijo Cam, vemos la profecía paterna sobre sus hijos, así como el destino de sus descendientes. Esas profecías son llamadas Los oráculos de Noé ya que contienen las primeras bendiciones y maldiciones patriarcales, las cuales llegan a impactar la línea mesiánica.

Con respecto al primer tema desarrollado en este relato, la embriaguez de Noé, seleccioné este relato con el interés de mostrar que él se desnudó debido a su estado de ebriedad involuntario, siendo este inducido por el vino fermentado por el cambio en el suelo  provocado por las aguas del diluvio;  y no por otras razones.

Es bueno destacar que es ese pasaje bíblico donde el vino es mencionado por primera vez. Asimismo, tampoco antes de este pasaje la Biblia relata que alguien hubiese tomado bebida embriagante; haciéndome esto inferir que obviamente Noé no sabía que tomar vino podía embriagarlo, él probablemente era agricultor,  al salir de arca «Entonces Noé comenzó a labrar la tierra, y plantó una viña», [Gén 9:20LBLA].

La ebriedad de Noé debe ser considerada como una nueva y rara situación; quizás  causada por el efecto de las aguas del diluvio en el suelo, ya que antes de dicho fenómeno natural no llovía,  «Pero se levantaba de la tierra un vapor que regaba toda la superficie del suelo», [Gén 2:6]. Es por esa razón que me atrevo a asumir que la modificación en la forma de regar el suelo con el agua que cayó del cielo definitivamente causó un efecto catastrófico en el suelo o en el fruto de la vid.

También es interesante recordar las tres ocasiones en las cuales Dios maldijo la tierra:

  1. Cuando el hombre pecó, «Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo, No comerás de él; maldita será la tierra por amor de ti; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida», [Gén 3:17].
  2. Cuando Dios desterró a Caín del huerto del Edén: «Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra», [Gén 4:12].
  1. Cuando el juicio del diluvio: «Y dijo Jehová: Raeré los hombres que he criado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo: porque me arrepiento de haberlos hecho», [Gén 6:7].

Pues bien, la embriaguez de Noé trajo consigo un hecho vergonzoso que impactó su testimonio delante de su familia, y que dio a pie a que uno de sus hijos lo deshonrara, pues una vez Noé estando ebrio se desnudó, Cam, su hijo, se burló de él. Pienso que terrible debió haber sido esa escena, pero también es una muestra de que Noé, un hombre justo, seguía con una naturaleza orientada al pecado; y que su hijo también. Es decir, los mismos hombres que entraron en el arca, fueron los mismos que salieron; hombres con una naturaleza pecaminosa, aunque Noé era un hombre justo, un hombre de fe, bien dice la Palabra, «Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga», [1 Cor 10:12].

Cam estaba en la tienda cuando vio a su padre desnudo, por lo que pudo haberlo cubierto, sin embargo lo que hizo fue salir a contárselo a sus hermanos como invitándoles a que se unieran para burlarse de él, siendo eso un irrespeto a su padre, mostrando los frutos de su corazón: burla, indiscreción, entre otras.

Definitivamente Cam deshonró a su padre, fallando así con el mandamiento dado por Dios, «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da», [Éx 20:12]; de hecho es el primero de los mandamientos que trata sobre la relación con el prójimo, los anteriores a éste hablan de la relación del hombre con Dios. Este mandato divino es de tanta envergadura que violarlo podría ser castigado con la muerte, «Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y: El que maldijera al padre o a la madre, morirá irremisiblemente», [Mc 7:10OSO].

Qué actitud tan diferente a la que Cam esperaba fue la que tuvieron sus hermanos, quienes tomaron la ropa de su padre y caminaron de espalda para no ver su desnudez, lo vistieron.

«Cuando Noé despertó de su borrachera y supo lo que su hijo Cam le había hecho», [Gén 9:24BLS] y de ahí los oráculos de Noé: «dijo: Maldito sea Canaán; siervo de siervos será para sus hermanos. Dijo también: Bendito sea el SEÑOR, el Dios de Sem; y sea Canaán su siervo», [Gén 9:25-27LBLA].

Es bueno saber que generalmente un pronunciamiento patriarcal se refería al destino de los hijos en la fertilidad del suelo y de la familia, así como las relaciones entre los miembros de la familia; un ejemplo de esto es el caso de Isaac que pidió a Esaú que le preparara una comida para bendecirlo.

Noé maldijo a la descendencia de su hijo Cam, a Canaán, su nieto y no a Cam directamente; es decir la maldición recaería sobre su descendencia; y esto posiblemente fue así debido a que Cam había sido bendecido por Dios en Génesis 9:1, y lo que Dios bendice el hombre no debe maldecirlo. También es bueno mencionar que la maldición de Canaán se ha cumplido con la destrucción de los cananeos, la humillación de Egipto, entre otras cosas más.

Luego Noé bendice a sus hijos Sem y Jafet y lanza una profecía sobre el dominio que ejercerán estos sobre Cam y sus descendientes. Para tener una idea clara sobre esto es conveniente saber lo que significa esa maldición: la expresión “siervo de siervos”, quiere decir que sería el último de los esclavos.

Continuando con el pronunciamiento de Noé «Dijo también: Bendito sea el SEÑOR, El Dios de Sem; y sea Canaán su siervo», [Gén 9:26NBLA]. Esta bendición tiene un portentoso carácter espiritual ya que se trata de la relación que tendría Sem con Dios, y es de éste linaje que surge Abraham, el pueblo elegido de Dios y el Mesías nuestro Señor Jesucristo. Finalmente la bendición dada a Jafet sería sobre el crecimiento demográfico y la extensión territorial, así como también tiene la extensión espiritual profetizado a Sem.

Mientras hacía el estudio de este relato me cuestionaba por qué Sem tuvo preferencia sobre Jafet, si los dos cubrieron la desnudez de su padre; traté de indagar al respecto y no pude identificar razón alguna. Luego me dije como respuesta: «Las cosas secretas pertenecen al SEÑOR nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley», [Deut 29:29LBLA].  En la soberanía de Dios Su preferencia fue Sem, para que Sus planes divinos de regalarnos la salvación a través del Mesías, nuestro Señor Jesucristo, saliera del linaje de ese hombre.

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

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