Este libro primero de Crónicas es considerado por la mayoría de los lectores un libro un tanto monótono debido a que en sus primeros nueve capítulos inicia con el cuadro genealógico más grande de toda la humanidad, el cual comienza con Adán y concluye con Cristo. No obstante es todo lo contrario, pues con esas genealogías selectas nuestro amado Dios nos muestra nuestras raíces, nuestra familia.
Amados hermanos y amigos y es que con respecto a esas genealogías, las mismas nos muestran que Dios nos conoce a cada uno por nuestros nombres; a su vez nos reafirman que si hemos aceptado a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, nuestros nombres están inscrito en el libro de la vida tal como expone Apocalipsis 3:5 «El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles».
Por otro lado, tanto el primer libro de Crónicas como el segundo son considerados como una miniatura de una buena parte del Antiguo Testamento, por recopilar nuevamente muchos de los eventos allí narrados; uno de los ejemplos más notorio es el pacto davídico. La evidencia de la promesa mesiánica de que un hijo de David reinaría sobre Israel, aunque el pueblo fue al exilio; Dios cumplió Su promesa; «Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre», [1 Cro 17:13-14].
En primera de Crónicas también leemos sobre la muerte de Saúl y el ascenso al trono de David, así como su reinado. Es interesante ver que la vida de David es mostrada desde una temática diferente a la relatada en Samuel, ya que omite el pecado de David con Betsabe.
También, es bueno destacar lo que dice 1 Crónicas 16:33 «Entonces cantarán los árboles de los bosques delante de Jehová, porque viene a juzgar la tierra», este versículo es una reseña profética de cuando nuestro Señor venga a juzgar la tierra, tal como expresa en el relato del juicio de las naciones en Mateo 25:31-46.
En conclusión este libro nos presenta el relato de la historia religiosa del pueblo de Israel, específicamente del reino del Sur. Los temas principales van dirigidos a la bendición que trae la obediencia a Dios, así como los causantes de la ira de Dios, siendo estos: el pecado personal y la idolatría. Amados hermanos igual debemos de considerar esto para nosotros hoy día, por lo que pongamos en práctica los siguientes versículos:
- «El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón», [Salmos 40:8].
- «Aclamad a Jehová, porque él es bueno; porque su misericordia es eterna», [1 Cro 16:34].
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez