Si tú, Jehová eres mi Pastor…. «Tu vara y tu cayado me infundirán aliento», [Salmos 23:4c].
Dios sabe que somos débiles y que por lo tanto fallaremos en algún momento, pero como ya le hemos hecho nuestro Pastor, le dimos el lugar que le corresponde como nuestro Padre Celestial así como Señor y Salvador, y por eso es que algunas veces Él tendrá que hacer el uso de la vara o el cayado, siendo ambos herramientas o símbolos del oficio pastoril, ya que con ellos el pastor defiende y dirige a las ovejas.
Para que podamos entender mejor esta promesa a continuación les hablo un poquito de cada herramienta:
VARA:
Bastón o rama delgada que usaban los pastores, considerada como emblema de autoridad. Asimismo, la vara es utiliza como herramienta de disciplina, ya que con la misma el pastor defiende, protege y ampara a las ovejas.
Espiritualmente la vara es la Palabra de Dios, la cual tiene autoridad sobre la vida de los creyentes en Jesús, y a su vez sirve de consuelo a todos los que en Él creemos. Sí de consuelo, usted se preguntará ¿qué tiene que ver la disciplina y la protección con el consuelo?, y es que Su santa y bendita Palabra nos confronta pero a la vez nos protege, «¡Oh Dios, cuánto amo yo tu Palabra!», (Salmos 119:97). No importa en donde andemos ya sea en valle de sombra de muerte o junto a agua de reposo, el Señor está con nosotros y Su Palabra nos sustenta.
Contrario a lo que piensan muchos esa vara no es para castigar, sino que es para protegernos, de manera tal que nos mantengamos en el camino del Señor, solamente así el pastor preserva a las ovejas de los lobos rapaces y de los falsos maestros, tal como expresa:
- «Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace», [Santiago 1:25].
- «Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados», [Hebreos 12:6, 9-11].
CAYADO:
Palo o bastón corvo por la parte superior, usado por los pastores para dirigir, prender y retener a las ovejas. Con el cayado, dirige las ovejas dónde deben ir, empujando hacia adelante las que no están caminando al ritmo del pastor, se están quedando detrás del redil o toman un camino errado; entonces el pastor va busca de nuevo las que van por mal camino y usa su cayado para con la parte encorvada del mismo rescatar a las ovejas pérdidas o las que han caído; halarlas por el cuello, y traerlas de nuevo a su redil. Igual sucede con nosotros cuando el Señor nos atrae de nuevo a Él, claro está para esto debemos arrepentirnos y anhelar nuevamente estar con nuestro amado Dios, pues somos suyos:
- «Él es quien perdona todas tus iniquidades, Él que sana todas tus dolencias; Él que rescata del hoyo tu vida, Él que te corona de favores y misericordias», [Salmos 103:3-4].
- «Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; nos gozaremos y alegraremos en ti; nos acordaremos de tus amores más que del vino; con razón te aman», [Cantares 1:4].
Y es que esas dos herramientas, la vara y el callado, tienen como propósito ‘infundir aliento’ en cada uno de nosotros y esto significa a mí entender y entre muchas cosas más:
- Comunicar al alma un don o una gracia. Causar en el ánimo un impulso moral o afectivo
- Ser causa o motivo para que suceda algo; provocar o inducir a alguien a que haga algo.
- Confortar, consolar, extender compasión, lamentarse con alguien que sufre; arrepentirse.
- Producido por la Palabra de Dios. «vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo», [Proverbio 4:20].
- Ese aliento ese producido es nosotros porque «nada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro», [Romanos 8:38].
Amados hermanos y amigos, todo lo anterior nos habla de que cuando pequemos el Señor nos disciplinará con amor y misericordia, mostrándonos así una de sus característica manifestada en uno de sus nombres Jehovah M’Kaddesh (Jehová el santificador), Él nos santifica. Si el objetivo final en todo esto es participar de Su santidad, ya que todos estamos llamado a vivir en santidad, es decir “apartados para Dios” tal como dice en:
- «Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de Su santidad», [Hebreos 12:10].
- «Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo», [1 Pedro 1:16].
- «Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor», [Hebreos 12:14].
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez
Ha sido de gran bendición encontrar su mensaje… Nuestro Padree le siga inspirando para ayudarnos a entender mejor su palabra.
Agradecida por la información, aclaración, hay una gran diferencia muy entendible sus palabras, siempre inspiradas por el Padre. Muchas Gracias