Le comentaré un poquito de uno de los Salmos más conocidos por estar repleto de promesas de protección divina y ser inspirador de confianza en nuestro Señor en cualquier circunstancia de peligro, el Salmos 91. En ese maravilloso Salmo se nos muestra la fe en Dios que tienen los que “habitan y moran” en Él.
Podemos ver que en los primeros dos versículos se nos presenta a Dios con tres de Sus nombres, estos son:
- Altísimo (Elyon): Él es el Dios soberano en quien podemos colocar nuestra confianza. El, que es nuestro Dios Supremo, es superior a todos los seres, pues es el Creador de la tierra y de todo lo que en ella existe, [Génesis 14:17-22; Daniel 4:34; Hechos 16:17].
- Omnipotente (Shadday): Dios Todopoderoso. Él es la fuente inagotable de toda bendición. Su poder es eterno, [Génesis 17:1-3; 49:25; Salmos 90:2].
- Jehová (Yo Soy): Él que es auto-existente. Dios nunca cambia. Cumple todas Sus promesas. Él es fiel, [Éxodo 3:14; 6:2-4].
Pues bien, ‘Habitar’ denota proximidad a Dios, y al identificarlo como ‘Altísimo’ indica que da a los suyos una protección segura. Asimismo este versículo nos presenta el gran beneficio y privilegio de los ‘habitan a Su abrigo’, y ese es ‘morará bajo la sombra del Omnipotente’, eso significa que estará en Su lugar secreto, en Su corazón; allí donde se encuentra Su Hijo Unigénito; y que es estar en ese maravilloso lugar en el cual nos deleitamos en Su presencia.
Cuando el creyente habita en Él con fe y alegría dice a Dios ‘Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré’; y con eso enfatiza gozar de una profunda comunión íntima con Dios. Su testimonio personal declara que ha hecho al Señor ‘su refugio’, esto así porque está plenamente confiado de quien es Dios, conoce al Señor y sabe que lo librará de las trampas y tentaciones de Satanás; de cualquier peste o enfermedad literal, El Señor le dará protección divina ante los peligros de la vida.
Dice el versículo 4 «Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro», esto es una metáfora que representa cuan indefenso es el hombre; y se refiere a la tierna relación de Dios, cubriendo con un escudo completo al creyente. También nos habla de la fidelidad del Señor a sus promesas. Lucas 13:34 «¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!». Por su fidelidad el Señor mantendrá seguro al creyente cubriéndolo como un escudo y así se hace vida lo que dice Salmos 3:3 «Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza».
Debido al amor inagotable del Señor hacia el creyente y a la fe que tiene éste en Dios, así como la fidelidad y todo lo relacionado a la protección mencionado en los primeros cuatro versículos es que ‘No temerá’ a las cosas terribles provocadas por la maldad del hombre; ni a los acontecimientos catastróficos naturales. Podrás ver cómo ‘caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará’(vv. 7). Esto es en relación a la peste de que se habló en versículos anteriores; y también puede aplicarse a las tentaciones. En fin, el Señor dará la victoria, aquellos que crean en Él y estén pasando por tales situaciones.
Dice Salmos 91:11 «Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos», una parte de éste versículo citó Satanás cuando tentó a Jesús en el desierto, pero no mencionó ‘en todos tus caminos’ (Ver Lucas 4:10). Mis amados hermanos y amigos, Dios envía ángeles para cuidar a los creyentes. Los ángeles son Sus mensajeros que nos ministran y llevan a los suyos de la mano para que no caigan en el pecado o en angustia. Vale la pena destacar nueva vez que Dios nos guarda “en todos nuestros caminos”, tal como hizo con el Señor Jesús. Es bueno recordar que Jesucristo vino a hacer la voluntad de Dios, y por lo tanto no cedió a ningunas de las tentaciones de Satanás. El respondió a Satanás con el ‘Escrito está’, sin quitar ni agregar una tilde a las citas mencionadas, igual debemos responder nosotros, para eso debe tener conocimiento de la Palabra de Dios.
Por último es bueno hacer notar que este capítulo concluye destacando nueva vez la promesa de protección divina en aquel que mantiene una relación de comunión con Dios, en aquel que ha puesto su amor en Dios (vv. 14), entonces «Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré», el Señor promete que escuchará sus oraciones y estará con él en la tribulación y que a su debido tiempo lo librará de la dificultad. Asimismo, esa promesa de protección divina finaliza diciendo que el creyente estará en la Vida Eterna junto con el Amado Señor. deleitándose en esa Salvación tan grande ¡Que hermosa promesa!
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez