Eclesiastés 12:6-8 nos presenta una descripción de ‘algunas causas de muerte en la vejez’, tomando en consideración lo que vimos en nuestra infografía anterior, en la descripción figurada de la vejez, la cual viene acompañada por enfermedades.
En estos versículos se presentan cuatro figuras de enfermedades que generalmente acompañarán a la ancianidad a su paso a la muerte. Veamos:
- La cadena de plata se quiebre: Esto es la médula espinal, la cual al romperse provocan discapacidades sensoriales y motrices que llevan a la muerte.
- Se rompa el cuenco de oro: La cabeza, donde está el cerebro, órgano de valor, llamados por muchos «la computadora del cuerpo»; si este se afecta ya sea por porque se rompa la cavidad que lo cubre o por derrame cerebral puede llevar al aspecto inesperado de la muerte.
- El cántaro se quiebre junto a la fuente: se refiere a los pulmones, aquí pudiese estar hablando del edema pulmonar enfermedad frecuente en la vejez y que lleva a la muerte.
- La rueda sea rota sobre el pozo: Esto se refiere al corazón que no puede enviar más sangre a través del cuerpo, ese cese del pulso lleva a la muerte.
Pues bien, este pasaje nos recuerda la sentencia de muerte dada por Dios al hombre cuando pecó “pues polvo eres, y al polvo volverás”, [Génesis 3:19b]; así como que el espíritu vuelve a Dios que lo dio; siendo esto es una ilustración de la muerte como la separación del cuerpo y el espíritu, [Génesis 2:7].
En conclusión, aunque la muerte acontecerá a todo ser viviente, recordemos que en este relato habla del anciano que no buscó de Dios en su juventud y que al finalizando de sus años dijo “No tengo en ellos contentamiento”, pero al final del relato a la única conclusión que dice la Palabra de Dios que puedan llegar los que así se conducen es: «Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad», [Eclesiastés 12:8].
Amados hermanos y amigos, vuelvo a repetirles que aunque la vejez llega tanto a los creyentes como a los pecadores, estamos seguros que el proceso de recibimiento de esa etapa no se toma de igual forma por esos grupos de persona.
La vejez viene acompañada por enfermedades, y asimismo con el recuerdo permanente de un pronto viaje al reposo a “la muerte”, por lo que el creyente está seguro de su morada eterna, la cual es junto a nuestro Dios y Señor tal como dice Juan 14:2-3 «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis» !que hermosa promesa!, ciertamente me hace recordar lo que dice el Salmo 116:15, «Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos».
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez
Gracias por tu articulo. Un cordial saludo.