Este relato de Isaías 5:1-7 nos muestra la relación que había tenido la nación escogida por Dios, Israel; con el creador del universo, Jehová, su Dios.
La parábola de la viña está representada por:
- El amado = Es Jehová, el Dios de los judíos y nuestro amado Dios.
- La Viña= Sombra de la casa de Israel, los judíos (las doce tribu compuesta por el reino del Norte, Israel; y el reino del Sur, Judá).
En la narración de este cántico nos habla de que Dios había cuidado con sumo esmero Su viña; el ‘amado’ también proveyó las condiciones de seguridad necesaria para que nadie penetrara a hacerle daño al viñedo. Y si leemos con atención los versículos 1 y 2 de este capítulo 5 de Isaías podemos las secuencias de los eventos:
- Escogió el lugar (ladera fértil): Que tenía todas las condiciones necesarias para que el viñedo fuera fructífero, esto es buena tierra, lugar soleado, y con un clima favorable para recibir la lluvia.
- Lo cercó y despedregó: Le quitó todas las impurezas que pudieran impedir el desarrollo adecuado del viñedo como planta fructífera.
- Plantó las vides escogidas: Israel y Judá debieron ser un pueblo obediente y santo, dando testimonio de su fe a los demás pueblos de la tierra.
- Edificó en medio de ella torre: Para vigilar contra las devastaciones de hombres o animales, asegurando así la protección y cobertura del viñedo.
- Hizo en ella un lagar: El lagar en donde se aplastaría las uvas que produciría su viña. Dios lo construyó dentro del viñedo, pues anticipó el delicioso fruto que daría. (Esto también es una sombra del juicio venidero).
- Esperaba que diese uvas: Después de tan tierno cuidado esperaba un excelente fruto, esto se refiere al fruto del Espíritu Santo, [Gálatas 5:22-24].
- Dio uvas silvestres: Pequeñísimas y agrias frutas. Esto es figura del inconverso; alguien cuyos frutos son vileza, maldad y todo producto del pecado.
Llegado el momento Dios les dice que revisen su andar por lo que ellos deben ser los jueces de su caso y así dar su propio veredicto, con justa sentencia. !Oh cuánta decepción sintió el dueño de la viña!, nos damos cuenta de eso cuando dice «¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?», [Isaías 5:4]. Él los sacó de la esclavitud; los cuidó, protegió y les proveyó para todas sus necesidades; los amó. Y resulta increíble que muy a pesar del amor inagotable de Dios hacia su pueblo ellos le hayan fallado yendo tras ídolos de palos, dioses inútiles, y pecando contra Dios. En conclusión Dios los sacó de Egipto, vieron abrirse el mar Rojo frente a sus ojos, para dejar atrás la esclavitud; los había ubicado en la tierra prometida, tierra donde fluía leche y miel. Fue su escudo y muro por más de 500 años, por nadie le podía hacer daño, pero ellos le fueron infieles.
Asumo que al mismo pueblo juzgarse entenderían que la propia sentencia sería “ser abandonado por Dios”, y esa fue la decisión que Dios había tomado; quiero aclarar que no estoy diciendo que Dios actuó según el resultado del veredicto del juicio de los hombres, sino más bien que Dios lo llevó a que ellos mismos comprendieran por qué Él los abandonaba. Amados hermanos y amigos, ¿si te juzgaras a ti mismo cuál sería tu posición con respecto a Dios? Examinemos nuestro fruto, pues bien dice Mateo 7:20 «Por sus frutos los conoceréis», [Favor de leer 2 Pedro 1:5-8].
Pues bien, Él los castigó, Dios no deja el pecado impune, Él disciplina a Sus hijos, tal como expresa Hebreos 12:6 «Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo», así que Jehová abandonó Su viña, les quitó el cerco, ese muro que impedía el daño hacia ellos, por eso es que más adelante Israel fue aplastada por sus enemigos: los asirios, sirios y babilonios. Nada ni nadie los detuvo y devastaron a Israel.
Por último la parábola concluye diciendo “Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor”, y Dios nos habla claramente de esto con los “6 ayes de angustia” en los versículos del 8 al 23, siendo estos: Avaricia, adición, incredulidad, falta de discernimiento moral, orgullo e injusticia. Estaremos hablando de los “6 ayes” en nuestra próxima infografía.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez
Muchas gracias, excelente
hermosa palabra eso nos habla mucho como hijos de Dios como creyentes tenemos que revisarnos y saber que tipo de fruto somos tremendo Dios la bendiga siempre.