Jeremías había sido escogido por Dios desde antes de nacer para ser profeta. Este nombre es hebreo y significa ‘Jehová es exaltado’.
Emitió sus profecías durante los reinados de los últimos cinco reyes de Judá. Es bueno hacer notar que después de la muerte del Rey Josías, el último rey justo, esa nación le había dado la espalda a Dios.
Es llamado por muchos eruditos de la Palabra como ‘el profeta llorón’.Es llamado por muchos eruditos de la Palabra como ‘el profeta llorón’.
Jeremías profetizó a la nación de Judá cuya condición espiritual resultaba ser degradante, caracterizándose por la idolatría e inmoralidad. El profeta les advirtió que se arrepintieran de sus pecados a fin evitar el juicio de Dios; pero como no lo hicieron el Señor envió al ejército babilonio a destruir a Judá y Jerusalén.
Sinceramente yo al leer este libro pienso que muchos de sus eventos los estamos viviendo en los tiempos actuales, pues resultan sorprendente los paralelos existentes entre el libro de Jeremías y los tiempos finales de la iglesia, aunque sé que existe un remanente fiel. No obstante, sí, pudiéramos pensar que todas estas profecías nos están siendo dadas a nosotros hoy, porque el hombre se han apartado de los caminos del Señor, provocando esto que prontamente vuelva el juicio divino de Dios, similar al que un día diera a la nación de Israel y que también dará a Israel espiritual, Su iglesia, nosotros: «Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos», [1 Corintios 10:11].
Mis amados hermanos y amigos, a pesar del exilio babilónico, por Su infinita misericordia, Dios prometió la restauración de Israel y Judá cuando regresaran a la tierra que les había dado, «Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar», [Jeremías 29:10].
Gloria a Dios, que nuestro amado Señor Jesucristo está a la derecha del Padre y prontamente viene a buscar a Su iglesia, Su novia, para llevarnos con Él, así nos los prometió en Juan 14:1-3NTV «No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar? Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy».
Es interesante notar que Jeremías es un tipo de Cristo, su analogía con el Señor va desde su compasión por su pueblo, los sufrimientos, las profecías sobre la destrucción del templo, sus llantos por Jerusalén, la ingratitud recibida por el pueblo; entre muchos otros paralelos más.
Le invito a que continuemos leyendo este maravilloso libro.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones le sirva a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez