Como leímos en el capítulo 2 de Daniel el rey Nabucodonosor había tenido un sueño que le fue revelado por Dios a Daniel, a quien también le diera la interpretación. Tanto el sueño como su significado Daniel lo dio a conocer a su solicitante, el rey. En ese sueño había una estatua hecha de 4 metales nobles y también el barro siendo este último sombra del hombre. Este significativo sueño contiene revelaciones proféticas futuras muy impactantes, las cuales llegan hasta los tiempos actuales y finales.
En este comentarios solamente me referiré a la interpretación que da Dios a Daniel de que «la cabeza de oro de la estatua es una representación del reinado de Nabucodonosor». Esa información el rey Nabucodonosor la asumió con mucho orgullo por lo que mandó a hacer una estatua completamente de oro de manera tal que representara su poder, ya que era el gobernador del primer gran imperio mundial.
A pesar del enorme privilegio que tuvo Nabucodonosor a quien nuestro Padre celestial le otorgara el dominio del primer gran imperio, este hombre se rebeló contra Dios mostrando así su “endiosamiento”, mal del que ha padecido el hombre desde el principio de los tiempos, considerándose “su propio Dios”, ejerciendo su independencia soberana y buscando la adoración de los demás. Ese rey trataba de repetir la historia de la torre de Babel, algo semejante a lo que en nuestros días está ocurriendo.
A través de este relato podemos ver una tremenda enseñanza profética que nos habla de la actualidad pues esa imagen es figura del apostasía y/o ecumenismo con lo cual se tiene la intención de negar la fe que un día se tuvo de nuestro Evangelio, y adherirse a la unificación de todas las religiones paganas, es decir establecer “una religión mundial”. Esa situación lo vimos en esta semana en todos los noticiarios, donde el “Papa”, líder religioso que dice ser cristiano, abogaba por la institución de la nueva religión llamada “crislam” en la cual une a los cristianos con los musulmanes, budistas y todos aquellos “dioses paganos”, siendo eso a todas luces una aberración y violación la Palabra de Dios, la cual dice en Éxodo 20:3 «No tendrás dioses ajenos delante de mí» y dice en Juan 14:6 «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí».
Amados hermanos, todos esos nuevos movimientos que alejan de Cristo y que se oponen al Dios vivo, están dirigiendo a los que los acompañan rumbo al camino del “horno de fuego” que es figura del sufrimiento en la gran tribulación, de la “abominación desoladora de que habló el profeta Daniel . ..” tal como expresa Jesús en Marcos 13:14-37. Por lo tanto nunca olvidemos la Palabra de Dios, y siempre recordemos por todo lo que pasó el pueblo de Israel debido a su idolatría; esto lo hemos visto en todo nuestro trayecto en la lectura del Antiguo Testamento, durante estos 9 meses de lectura bíblica, y es que solamente a un Dios verdadero y ese es Jehová, «Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente», [Mateo 22:37].
Bien, hagamos un breve relato de lo narrado en Daniel 3. Los tres jóvenes hebreos y amigos de Daniel estaban en la dedicación de la estatua que el rey había levantado, es decir estaban ante su presencia; y algunos podrían pensar “si ellos estaban allí, entonces estaban de acuerdo con el homenaje que se le rendía a la estatua”. No, amados hermanos, esa no es la realidad, ellos como gobernadores de provincias tenían que estar sujeto a su líder, siempre y cuando sus instrucciones no atentaran con las leyes de Dios; y así ocurrió, pues las indicaciones era que al sonar de los instrumentos musicales, -siendo estos también una figura de la apostasía de la alabanza y adoración-, todos se postraren y adoraran.
Ocurrió que ellos asistieron a la dedicación pero cuando sonaron los instrumentos no se postraron a adorarla a la estatua y por lo tanto debían pasar por el castigo impuesto por el rey ante esta desobediencia, el cual era ser arrojados al horno de fuego. Cuando el rey se enteró de lo acontecido les doy la oportunidad de reivindicar su “supuesto error” diciéndoles que adoraran a la estatua, volviéndose ellos a negar, y particularmente a mí me hizo llorar de amor y fe su respuesta:
«Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado», [Daniel 3:16-18].
Así que vemos aquí que estos tres Jóvenes hebreos, Sadrac, Mesac y Abed-nego, representan a los que enfrentarán a la gran tribulación aunque serán guardados milagrosamente durante ese período.
Otra impactante figura que podemos ver en este relato es el cuarto varón; este el tremendo milagro que aconteció con estos hombres de Dios. La aparición en escena de un cuarto hombre siendo este el Hijo de Dios, Cristo pre-encarnado. Aquel que prometió que estará con nosotros siempre «Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé», [Josué 1:5].
Mis amados hermanos que hermoso nuestro Rey de Reyes y Señor de Señores quien pronto reinará para siempre tal como dice Daniel 2:44 «Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre».
Finalizo mi comentario con las dos últimas figuras mostradas en este relato y es Nabucodonosor como figura del Anticristo; y Daniel como figura de la iglesia, los redimidos, quienes no participaran en la gran tribulación, porque se ha ido con el Señor en el arrebatamiento, Aleluya! Maranatha.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones le sirva a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez
Muy buen post. Gracias por compartirlo.