Como vimos en nuestro estudio anterior Dios le dio instrucciones a los israelitas presentaran las cinco tipos de ofrendas en el Tabernáculo para la expiación del pecado, las mismas aparecen registradas en el libro de Levítico en los capítulos del 1 al 7. Cada una de esas ofrendas señalan a Cristo, describiendo en ella Su divinidad y humanidad, pero también Su muerte como sacrificio por nuestros pecados.
Esas ofrendas se dividían en:
- “Ofrenda de olor grato” las cuales hablan de la persona de Cristo. Esas son: el holocausto, la ofrenda del grano y la ofrenda de paz.
- “Ofrenda de olor no grato”, estas nos hablan de la obra de Cristo, y estas son: la ofrenda por el pecado y la ofrenda de transgresión.
En esta ocasión les comentaré sobre la primera de las ofrendas, “el holocausto”. Esta ofrenda es la más conocida por el hombre, siendo usada por:
- Abel: «Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda» [Gen 4:4] Noé: «Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar», [Gen 8:20].
- Abraham: «Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido», [Gen 12:7].
La palabra “holocausto” es la traducción de la palabra hebrea “olá” (H5930) y significa “lo que se eleva”. Esta era una ofrenda que se presentaba a Dios para la expiación de los pecados, la misma era llamada “Ofrenda Expiatoria por la Culpa” u “Ofrenda por el pecado”.
La ofrenda del holocausto en el libro de Levítico es una figura de Cristo, quien cumpliría con el sacrificio perfecto para quitar el pecado del hombre, es decir para la expiación de nuestros pecados. «En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre», [Heb 10:10].
Pues bien, el pecador debía traer el animal a ofrendar a la entrada del Tabernáculo, específicamente en “El Atrio”, el pecador mismo mataba el animal, y en casos específicos lo hacia el sacerdote. Una vez el animal muerto le era entregado al sacerdote, a fin de que procedería con la ceremonia establecida por Dios.
Dice Levítico 1:8-9 «Luego los sacerdotes hijos de Aarón acomodarán las piezas, la cabeza y la grosura de los intestinos, sobre la leña que está sobre el fuego que habrá encima del altar; y lavará con agua los intestinos y las piernas, y el sacerdote hará arder todo sobre el altar; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová».
En los versículos anteriores vemos cómo el animal ofrendado se debían dividir en cuatro partes, las cuales tenían que ser limpiadas y consagradas para ponerlas al fuego. Cada división del animal muerto debía ser colocada de manera ordenada sobre la “madera”, la cual es símbolo de nuestra humanidad.
El animal muerto era dividido en 4 partes, teniendo estas el siguiente significado espiritual:
La cabeza: Debe ser lavada por la Palabra de Dios (mente, ojos, oídos y labios [Romanos 12:2; Santiago 3:6]. Esta es la parte superior del cuerpo del hombre, en la que están situados algunos órganos de los sentidos e importantes centros nerviosos, entre ellos:
La mente: Es donde recibimos y almacenamos información, y donde es alojado todo nuestro proceso de pensamientos. Es nuestra potencia intelectual del alma. Es allí donde se pelean la mayoría de nuestras batallas. [1 Cor 2:16; Col 1:21].
Pensamientos: Es bueno que recordarles las fuentes de donde provienen nuestros pensamientos son de; Dios; nuestro propio espíritu; las opiniones de los demás y de Satanás. «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad» [Fil 4:8]; [2 Co 10:4-5].
Los ojos: Cuidemos lo que miramos, recordemos que nuestros ojos son las lámparas del cuerpo [Mt 6:22-23] y las ventanas del alma. «Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio» [Hab 1:13ª].
Los oídos: Debemos circuncidar nuestros oídos a fin de escuchar conversaciones que nos edifiquen; evitar las críticas y participar de rumores. Recordemos que Eva le prestó atención a la conversación con el enemigo y ya sabemos el resto de la historia. [Hechos 7:51].
La lengua: Dice Proverbios 15:2 «La lengua de los sabios adornará la sabiduría; mas la boca de los necios hablará sandeces».
Grosura: Espiritualmente esto nos habla de la fortaleza humana (carne), la cual debemos rendir al Señor. «Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento», [Mc 12:30].
Entrañas: Esto está relacionado con nuestros sentimientos (alma), los cuales deben ser consagrados al Señor. «Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre», [Salmos 86:11].
Piernas: Nos habla de nuestro caminar natural y espiritual, debemos ser cauteloso y andar en el espíritu. Dios le dijo a Abraham “anda delante de mí y sé perfecto” [Gen 17:1]. Son muchas las amonestaciones que el Señor nos da en Su Palabra sobre andar en sus caminos y no apartar nuestros pies del sendero de justicia. Hoy les recuerdo una de ellas «Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne», [Gálatas 5:16].
Amados hermanos y amigos, hemos visto un breve comentario del significado espiritual que tiene las cuatro partes de la ofrenda del holocausto; pongámosle por obras, pues así nuestras vidas serán de olor grato a nuestro amado Dios y Señor.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez
EXCELENTE ESTUDIO
MUY INTERESANTE, ME GUSTARÍA TENER TODOS LOS ESTUDIOS DE LAS OFRENDAS PARA COMPARTIRLOS CON MAS PERSONAS.