María y Aarón, murmuraron contra Moisés, a causa de su esposa extranjera, estos eran sus hermanos y las dos personas que estaban más cerca de él; además ellos eran dos líderes importantes, pues Aarón que desde inicio de ministerio de Moisés había sido su portavoz delante del pueblo, en ese momento fungía como el Sumo Sacerdote del pueblo de Israel, y María era profetiza y líder de las mujeres [Ex 15:20-21].
Con respecto a la situación del pueblo de Israel, dice el Apóstol Pablo en 1 Corintios 10:10 «Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor». Murmurar es hablar una o más personas en voz baja o entre dientes, especialmente manifestando queja o disgusto por algo, o hablar en perjuicio de un ausente, censurando sus acciones. Justo ese fue el gran error que cometieron estas personas quienes nos pusieron guarda a las puertas de sus labios, ofendiendo así a hermano y a Dios.
Al parecer Séfora, la primera esposa de Moisés había muerto, puesto que ya no es mencionada en la Biblia. Lo que significaría que Moisés se volvió a casar, y lo hizo con una extranjera; de todos modos la murmuración de Aarón y María aparenta ser una excusa para iniciar el tema real que ellos deseaban murmurar, y este era los celos que ellos sentían por Moisés debido a su autoridad y responsabilidad sobre el pueblo; aunque ellos eran líderes espirituales, querían ser reconocidos como iguales a Moisés, ya que ellos entendían que ejercían funciones similares, pues ambos eran profetas, y estos querían decir que Dios también hablaba a través de ellos y no de Moisés nada más.
Jehová oyó sus quejas y les citó tanto a ellos como a Moisés, para que se encontraran en la puerta del Tabernáculo. La interferencia repentina de Dios en este asunto les hace ver su importancia ya que el Señor toma las murmuraciones contra Sus ministros de manera personal.
En la puerta del Tabernáculo Él descendió en la columna de nube llamó a Aarón y a María y les dijo que a los profetas les habla por sueños y visiones, en cambio a Moisés Él le habla directamente, cara a cara, tal como dice Deuteronomio 34:10 «Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara». Dios les estaba diciendo que Él no habla con Moisés por intérpretes, ni sombras, ni visiones, ni parábolas ni semejanzas, sino que Moisés le ve cara a cara.
Deseo hacer un breve comentario con respecto a que “Moisés vio a Dios cara a cara”. Recordemos que Dios declara en Éxodo 33:20 «Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá», asimismo en Juan 1:18 «A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer»; indicando este versículo que Jesús es el único que le ha visto. La Palabra de Dios jamás se contradice, primero que nada, la frase “cara a cara” es una forma de decir que Moisés tenía una estrecha comunión con Dios. La “teofanía” es una manifestación tangible de Dios pero no precisamente en una forma humana, ejemplo de esto es cuando Dios apareció a Moisés en forma de una zarza ardiente [Éxodo 3:2]. Generalmente cuando encontramos en la Biblia que apareció “la gloria del Señor”, “la columna de nube” o “el Señor descendió”; también eso es una teofanía. Ahora bien, cuando vemos en el Antiguo Testamento que Dios aparece en forma de hombre, ese el caso de Jacob cuando luchó con un hombre [Gen 32:22-32] o encontramos la figura “el ángel de Jehová”, ese es Cristo pre-encarnado, es decir prefigura la encarnación de Dios hecho hombre [Mt 1:23], o sea lo que la persona está viendo es a Cristo, Dios Hijo.
Volviendo a nuestro tema inicial sobre la murmuración contra Moisés, Dios tenía una relación especial con Moisés, por lo tanto María como Aarón y todo el pueblo debían respetarlo., y precisamente en este pasaje Moisés en confirmado como el líder elegido por Dios.
Pue bien, ellos desafiaron la autoridad de Moisés; María había sido la incitadora, por eso es mencionada primero, sin embargo también Aarón se vio envuelto en el pecado, ya que él reconoció su culpa. Ante tal situación Dios respondió con un castigo severo sobre María; la lepra tocó su cuerpo y de forma repentina ella estaba leprosa su piel tenía un aspecto como la nieve, tenía la enfermedad en su forma más maligna, producto del juicio divino de Dios. Cualquiera pudiera pensar, por qué Dios libró a Aarón de la lepra, en mi opinión pienso que fue porque él se arrepintió y le pidió perdón a Moisés, y también pienso que en la posición que ocupaba Aarón de Sumo Sacerdote, la lepra lo haría ‘inmundo’, por lo que no podría seguir siendo el ‘Sumo Sacerdote’.
Con su actitud vemos que ciertamente Moisés era un hombre humilde y manso, nunca discutió con sus hermanos sobre el asunto, se quedó callado cuando murmuraban. Ahora al ver a María en la condición que estaba intercedió por ella ante Dios y le dijo “Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora”. María fue echada del campamento siete días, la lepra la hizo inmunda físicamente, por lo que ese período era requerido para su purificación [ver Levítico 14:1-9].
Amados amigos y hermanos, este pasaje tiene una tremenda enseñanza para todos nosotros, y es que evitemos la ‘murmuración’, vimos como el juicio de Dios hizo que María fuera una leprosa, representando la lepra el pecado y la contaminación espiritual que acarrea la murmuración y el chisme. Dios aborrece la “murmuración”, tal como podemos ver en Números 14:27 «¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?». Igual castigo acarreó el pueblo de Israel por todas las murmuraciones que hicieron contra Dios por lo que les dijo que “andarán por el desierto durante cuarenta años” leamos «Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo», [Num 14:34].
Clamemos a Dios para que ponga guarda en la puerta de nuestros labios, para que evitemos caer ese este tipo de pecado, y si hemos caído en él recordemos que necesitamos ser limpiados, pidamos perdón con un arrepentimiento sincero, dispongamonos a apartarnos de ese tipo de hábito tan contaminante y desagradable a los ojos de Dios y de los hombres, presentemos esa área de nuestras vidas para que Cristo nos ayude a consagrarnos a Él cada día más.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez
Excelente comentario me ha sido muy útil. Dios la siga utilizando.