Si Jehová es mi pastor, «Junto a aguas de reposo me pastoreará», [Salmos 23:2b].
Hemos llegado a otras de las hermosas promesas de este Salmo, donde el Señor se nos presenta como Jehová Shalom, Jehová es paz.
Es oportuno saber que generalmente cuando la Biblia menciona la palabra “agua” esto es figura del Espíritu Santo y sombra de la Palabra de Dios; en este versículo sucede así. Asimismo, la palabra “Reposo” nos habla de paz .
Ciertamente sí Jehová es mi pastor (esto es una condición) y yo soy oveja de Su redil, Él me guía a arroyos de tranquilas aguas, pura y clara, donde puedo recibir la paz de Dios; y es que estoy sedienta de Su Palabra, es el único lugar que puede saciar mi sed, y donde Él guía mis pasos. Sí, Él me lleva a ese lugar donde están las aguas que corren mansamente, pues allí está el amor eterno de Dios alegrando los corazones de todos los que son Sus hijos.
Cuando hemos aceptado al Señor Jesucristo como nuestro Salvador, solamente en esas aguas de reposo es donde nos refrescamos, trayendo consigo tiempos de refrigerios, restauración y paz; debido a que el agua es tipo de la Palabra de Dios, la cual el Espíritu Santo hará vida en nosotros, y por lo tanto la pondremos por obra; y eso nos habla de refrescarse, eso se logra a través del estudio de la Palabra y poniéndola en práctica tal como expresa Santiago 1:22-25NTV «No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia».
Recordemos que Jesús dijo a la mujer samaritana en Juan 4:10 «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva». Más adelante dijo en Juan 7:38 «El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva».
Pues bien, cuando en Salmo 23:2b nos habla de “me pastoreará”, mostrándonos un cuadro de paz, seguridad y tranquilidad; y eso es personal e individual, es decir cada cual debe tomar la decisión de creer en Él, y siendo Jesús su pastor le guiará a ese lugar de paz. Sí, el Señor Jesucristo nos conduce a lugar de paz únicamente si permitimos que Él nos pastoree. Sí «Jehová es mi pastor o tu pastor», no importa cuán afligidos estemos ni por las angustias que estemos pasando, Él siempre nos llenará de paz, tal como lo promete Su Palabra en:
- «Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida», [Apocalipsis 7:17].
- «… porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas», [Isaías 49:10].
Mis amados hermanos y amigos, llegaremos a manantiales de reposo solamente cuando seguimos a Cristo en amor y obediencia; llegaremos a ese río limpio de agua de vida donde nuestro Señor y pastor, guía a Sus ovejas y les da de beber libremente; y allí por fe encontramos la paz en las promesas de Dios, en Su Palabra. ¡Gracias Señor por ese gran privilegio! Por eso recordemos siempre, lo que nos dice nuestro Dios:
- «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo», [Juan 14:27].
- «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús», [Filipenses 4:7].
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez