Continuando con este estudio relativo a “Solteros Viviendo en Santidad”, en esta ocasión les comentaré brevemente acerca de los ‘solteros adultos con edad usual para contraer nupcias, pero que realmente no tienen intención de casarse. Si bien es cierto que existen solteros adultos cuya situación de permanencia en ese estatus es por causas ajenas a su voluntad; también es cierto que hay una mayoría de solteros maduros, nunca casados, cuyas edades les permitirían ser padres de adolescentes o hasta abuelos, pero ellos han decido permanecer en esa condición debido a múltiples razones, siendo algunas de ellas las siguientes:
- Viven plácidamente solteros y esperan en una supuesta “paz”, el futuro de una vejez y sin infortunios debido a los embastes normales que suele traer el matrimonio, enfocándose solamente en ver una cara del matrimonio, debido a la permanencia y esfuerzo que incluye dicho estatus. Algo similar opinaron los discípulos cuando el Señor les enseñaba sobre el divorcio, «Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse», [Mateo 19:10RV60].
- «Hay diferentes razones que impiden a los hombres casarse. Algunos ya nacen incapacitados para el matrimonio; a otros los incapacitan los hombres, y otros viven como incapacitados por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte», [Mateo 19:12DHH2002].
- Algunos dicen que prefieren estar solos y ‘sin problemas’. siendo estos solteros cuya filosofía de vida es ser siempre la excepción.
- Recuerdo que cuando estaba haciendo este estudio para compartirlo en la iglesia a la cual asisto aquí en los Estados Unidos, decidí llamar a ex-compañero de la universidad, quien a la fecha tiene 54 años y aún permanece soltero y le pregunté que si temía llegar a la vejez solo, y su respuesta fue: “Ya estoy viejo y no necesito que nadie cuide de mí, pero cuando esté anciano tampoco me inquieta el continuar soltero y sin hijos, pues en el hipotético caso de que no pueda valerme por mí mismo, me ocupé de tener buenos ahorros para solventar los gastos médicos y hasta el cuidado personal de una enfermera”.
- Otros ocasionalmente quieren o tienen citas amorosas, pero están plenamente convencidos de que se sienten muy bien sin establecer un vínculo de amor con proyecto de vida junto a la persona con la cual pueden estar teniendo una relación “sin compromiso”.
Definitivamente el ser humano es social por naturaleza, «Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él», [Génesis 2:18RV60]; entonces existe otro grupo de personas que tienen el anhelo de casarse, puesto que:
- Quieren disfrutar la vida abundante que Jesús nos da en el vinculo del matrimonio. Tienen el deseo de amar y ser amado en una relación de matrimonio entre un hombre y una mujer.
- Consideran que la soledad ya no es buena compañía.
- Anhela tener hijos en casa (incluso, si se adoptan).
Es bueno recordar que aunque estemos solteros voluntaria o involuntariamente, Dios nos dice en Su Palabra que «Pues las montañas podrán moverse y las colinas desaparecer, pero aun así mi fiel amor por ti permanecerá; mi pacto de bendición nunca será roto —dice el Señor, que tiene misericordia de ti—», [Isaías 54:10NTV].
Por lo tanto, somos agradecidos y respondemos: «¡Qué precioso es tu amor inagotable, oh Dios! Todos los seres humanos encuentran refugio a la sombra de tus alas”, [Salmos 36:7NTV]. Y recordemos siempre lo que nos dice nuestro Señor Jesucristo en Mateo 28:20BLS «Yo estaré siempre contigo hasta el fin del mundo».
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones le sirva a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez