Amados amigos y hermanos:
Muchísimas gracias a cada uno de ustedes por sus hermosas palabras y expresiones de cariño. Saben lo mucho que me gusta cumplir años y celebrarlo, aunque en este año no pude tener mi acostumbrada fiesta con mi familia, hermanos y amigos, les prometo que me la pasé súper feliz con mis amadas hijas.
Al pasar el inventario de mi vida durante los últimos doce meses, no les voy a negar que dejé atrás un año de algunas decepciones, tristezas y nostalgias debido a la situación de salud que visita al mundo, pero como la visita no viene para quedarse, decidí no prepararle una habitación acomodada en mi alma; y es verdad que me he cuidado muchísimo mi cuerpo, pero también decidí alimentar mi espíritu por lo que sin temor a equivocarme este ha sido el año en el cual he tenido más intimidad con mi Dios, me he dedicado de lleno a continuar conociendo Su corazón, a estudiar Su Palabra, a adorarlo y a orar, todo por quien es Él. En fin, todo con el profundo anhelo de que a esta mujer repleta de virtudes y defectos, de tanto mirar a Cristo, Su imagen se forme en mí; y que este vaso de barro que soy, Él lo toque y lo transforme hasta hacer de mi un vaso nuevo.
Yo mantengo mi esperanza de que un día no muy lejano esta situación de distanciamiento terminará y volveremos a reunirnos y a pasar tiempo de abrazos y alegrías; es más, si Dios me lo permite desde que se vaya este virus voy a celebrar mi cumpleaños, ya que a decir verdad el pasado año no fue precisamente la fiesta que soñé, pero les prometo que me esmeré en hacer de esos doce meses una hermosa celebración, pues cada día transcurrido vi cómo el Señor Jesucristo cuidaba de mí y de los míos, cumpliendo así Su promesa de que «Nunca te dejaré, ni te abandonaré», [Heb 12:5].
Cada mañana al abrir los ojos me siento feliz de tener la esperanza y la oportunidad de ver un nuevo día; y con la posibilidad de ser el día en que Jesucristo, mi Señor, venga a buscar a Su pueblo, pues las señales están dadas. Todo el que dice ser cristiano sabe que en el Antiguo Testamento dice que Jesús vendría y Él vino; y en el Nuevo Testamento dice que el Señor Jesucristo regresara, y Él lo hará, «Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?», [Num 23:19].
En fin, abrazo la promesa que un día me dio mi Rey y Dios, la cual deseo compartir con cada uno de ustedes, «Yo juro que serás feliz el resto de tu vida; que yo te sostendré al tiempo de la aflicción, y en tiempo de tribulación te defenderé contra tus enemigos», [Jer 15:11].
Por lo tanto, celebro mi cumpleaños todos los días de mi vida. Gracias mi Dios por darme este gran privilegio de estar viva; asimismo, vivir deleitándome de ser Tu hija.