Continuando con nuestro estudio de la Biblia, les comentaré sobre el tema “David y Goliat”, pasaje registrado en 1 Samuel 17:12-58.
«Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo», [1 S 17:40].
En el capítulo 17 de Primero de Samuel se encuentra uno de los relatos más conocidos de las historias Bíblicas “David mató a Goliat”; y en esta ocasión deseo hacerles un comentario el cual espero sea de edificación a aquellos hermanos que tuvieren la inquietud respecto a ¿Por qué David llevó cinco piedras en la lucha con Goliat? ¿Acaso pensaba él que erraría en algunos intentos?
Como sabemos David era un hombre del cual Dios dijo «… varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero», [Hech 13:22]. Independientemente de los graves pecados que cometió este hombre más adelante, no podemos negar su valentía, su gran fe, y amor a Dios; en otra ocasión estaremos hablando con respecto a ese tema; por ahora vemos en este capítulo como David responde al desafío del filisteo y gigante Goliat a enfrentarse con él, pero sabiendo que Dios estaba de su lado. ¡Que hermoso leer Primero de Samuel 17:45! «Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado».
David estaba seguro de que Dios le entregaría Goliat en sus manos y que todo el pueblo de Israel le daría la gloria a Dios, porque de Jehová es la batalla [v. 47]. Muy a pesar de escuchar los comentarios negativos de que le era realmente imposible el derrotar al gigante, David mantuvo su fe en que Dios estaba de su lado, que Él le daría la victoria, pues sería Él quien pelearía esa batalla.
De la boca del mismo rey de Israel fue que salieron los primeros comentarios negativos asentados en la Biblia, sobre todo porque estaba en juego que el pueblo del que perdiere sería sometido a servidumbre del pueblo ganador. Goliat era un gigante y estaba vestido con ropas de guerrero de extrema protección; por lo que al pastor y músico David, único israelita que estuvo a dispuesto a enfrentar a Goliat, Saúl intentó persuadirlo a que usara las propias ropas de guerra del rey, siendo esto figura de que se amparara en la protección de elementos humanos; el fin fue que él se las puso pero no le servían, además que tampoco David se sentía cómodo en ellas por lo que las rechazó, siendo esto figura de que aceptaba que su protección fuera divina, pues vendría de Dios.
Es importante destacar que David se ofreció a la pelea por varias razones que en lo natural o físico son de mucho peso:
- Sabía pelear, mataba a osos y a leones cuando les robaban ovejas de la manada [v. 36].
- Era un experto en el manejo de la honda, tiraba una piedra con la honda a un cabello, y no erraba [Jueces 20:16].
- No tenía espada pero sabía una vez derrotara con una sola piedra, le cortaría la cabeza a Goliat [v. 46].
En fin, volvamos a la razón de este comentario, ¿Por qué David llevó a la pelea cinco piedras lisas escogidas del arroyo? Bueno Goliat era un gigante guerrero del campamento de los filisteos, y era muy conocido, David sabía que él tenía 4 hermanos, y pensaba que una vez él derrotara a Goliat sus hermanos saldrían a vengarse, entonces David fue precavido y llevó las piedras con las cuales derrotaría también a los hermanos de Goliat. Observemos que no fueron cualesquiera piedras, David se dedicó a escogerlas, a seleccionar aquellas que fueran exactas para ganar la batalla.
Pues bien, los hermanos no aparecieron, pero podemos leer lo que sucede más adelante en 2o Samuel 21:22 «Estos cuatro eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David y por mano de sus siervos». En definitivas, David logró evitar que los demás hermanos de Goliat tuvieran la osadía de volver a poner al pueblo en zozobra, y junto a sus siervos también los derrotó.
Siempre recordemos lo que dicen las Escrituras «Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos», [1o Co 10:11]. Veamos, Goliat es figura de Satanás, desafiando e infundiendo miedo a los hombres con asuntos terrenales o pecaminosos, tales como los deseos de la carne. Así como David es tipo de Cristo, nuestro Salvador y libertador. David derrota a Goliat con una piedra tomada del arroyo y una espada; el arroyo simboliza los ríos de agua viva que salen del interior del creyente, es decir que la piedra del arroyo tipifica “vivir la Palabra de Dios, o sea ponerla por obra”, tal como expresa Santiago 1:23 «Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural»; y la espada es la “Palabra”, «la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón», [Heb 4:12].
Amados hermanos y amigos, todos nosotros tenemos luchas espirituales, gigantes que desafían nuestros caminar en la fe, pero debemos recordar siempre que nuestro Señor nos prometió que estaría con nosotros hasta el fin, y el fin no ha llegado, aún estamos de pie, lo dijo en Mateo 28:20 «enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén». Debemos estar siempre seguros de que cuando el Señor manda respalda, por lo tanto debemos ser obedientes cuando nos mande a hacer algo y hacerlo a la forma de Dios, no a la nuestra. Dios puso en el corazón de David que derrotaría a Goliat con piedra del arroyo, no vestido con la ropa de guerra de Saúl. Así de obediente debemos ser a cuando el Señor nos guía a hacer algo.
Otro punto importantísimo es siempre saber que la batalla viene de Jehová, nada es con nuestras fuerzas, si no con las de Él, bien clarito es esta enseñanza que el enemigo se derrota con el “escrito está” con “la Palabra de Dios”. Llenémonos de fe, tal como dice Romanos 10:17 «Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios», y así podremos vencer al enemigo como lo hizo Cristo cuando fue tentado en el desierto, lo venció con ‘Escrito está’.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez