Mucho antes de David llegara a la vida del rey Saúl ya éste había sido atormentado por un espíritu maligno de parte de Jehová, y es precisamente por esa razón que David es convidado al palacio real a formar parte de equipo del rey Saúl en la posición de músico, ya que este joven hombre además de ser pastor de las ovejas de su padre era un excelente arpista, fama que había llegado a los oídos de uno de los criados del rey, quien lo recomendara.
Recordemos que en el capítulo 15 de este libro Saúl desobedeció el mandato de Dios lo que trajo como consecuencia que el Señor lo desechara quitándole el reino, pero vemos qué maravilloso es nuestro Dios que provoca que el próximo rey entre al palacio de una forma humilde, y ese era David, quien entraba al palacio a tocar el arpa para el rey.
Pues bien, Saúl se dio cuenta de que Dios cumplió su promesa de desecharlo como rey, puesto que él había perdido la aprobación divina. Debido a los constantes ataques que tenía el rey Saúl producido por un espíritu malo, Saúl sentía unos celos terribles hacia David porque se había dado cuenta de que ese joven era adornado por los atributos requeridos para ser el próximo rey de Israel, quien debido a la popularidad alcanzada por haber matado al gigante filisteo Goliat y a sus éxitos obtenidos en la milicia, los cuales eran celebrado por el pueblo con una canción: “Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles”.
La popularidad de David iba en aumento ya que todo Israel lo amaba y asimismo se intensificaron los celos que Saúl sentía por David, tanto así que intentó matarlo tres veces dentro del palacio, aun cuando David estaba tocando el arpa el rey la tiraba su lanza.
Saúl había dicho a David que con tal que él peleara en las batallas en contra de los filisteos le daría a cambio a su hija mayor Merab, pero todo esto era con la esperanza de que los filisteo le mataran. El odio hacia David iba creciendo, pues llegado el tiempo de entregarle a su hija mayor en matrimonio, la dio a otro hombre, y recordemos que esta era la segunda vez que Saúl incumplía una promesa de esa categoría, puesto que el premio por derrotar a Goliat era dar en matrimonio a su hija, y en esa oportunidad él no cumplió la promesa.
Continuando con los planes de matar a David los mismos se intensificaron de manera tal que Saúl le ofreció en matrimonio a su hija menor Mical, pero para tales fines David debía traer cien prepucios de filisteos, de esta manera él tendría la esperanza de que David moriría de manos de los filisteos cumpliendo esa misión. Gran sorpresa recibió cuando David llegó cumpliendo con éxito la misión y duplicando la encomienda, ya que se presentó ante el rey con doscientos prepucios de filisteos.
No obstantes sus fracasos en dar muerte a David, Saúl continuaba haciendo planes para matar a David por lo que Jonatán, su hijo mayor tuvo que calmarlo haciéndole prometer que no haría tal cosa, pero prontamente viola su promesa y reinicia sus planes macabros para matar a quien él sabía que sería su sucesor.
Mical se casó enamorada de David, quizá debido a su fama de valiente guerrero, puesto que luego vemos como ella se burla de él y David la deja. El fin es que en cierta ocasión Saúl envió a unos mensajeros conspiradores para matarlo en su casa, y este complot fue fallido gracias a la intervención de Mical.
Saúl no descansaba en su propósito de matar a David, por lo que éste tuvo que salir huyendo fuera de la ciudad y hasta allí su perseguidor envió mensajeros a buscarlo, pero estos de camino a su encuentro profetizaron, por lo que Saúl se enteró y él mismo fue a buscarle pero también profetizó.
Todo para Saúl tenía un fin “dar muerte a David”, quien llegó hasta huir al el desierto, pero hasta allá los persiguió Saúl, sin poder lograr su objetivo.
Amados amigos y hermanos, oportunidades tuvo David para enfrentar al rey y eliminarlo, pero él siempre dijo esto “guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová”, muy a pesar del riesgo que tomaba, su conducta y actitud hacia su perseguidor fue siempre la misma, mantener el respeto, la ecuanimidad y la prudencia ante la prueba, confiando en que Jehová le daría la salida, «Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman», [Santiago 1:12].
Quiero finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que con este estudio que realizo no pretendo dar una certificada y legítima interpretación de la Biblia, sino más bien expresar desde “mi perspectiva particular” en apego a los conocimientos propios obtenidos por el estudio personal de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Espero que estos estudios les sirvan a ustedes para iniciar sus lecturas propias, las cuales sean transformadas en “escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia”, de manera que también puedan identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a sus vidas y así ser saciados del manjar que el Señor nos brinda en su santa y bendita Palabra.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez