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7.4.5 El Endemoniado Gadareno

Este hermoso milagro que hizo Jesús trayendo libertad al endemoniado gadareno, es un relato maravilloso de la “misericordia y amor” que tiene Dios hacia el hombre, sí, hacia nosotros los pecadores.

El endemoniado gadareno es una figura del hombre cuando es esclavo de Satanás; cuando está sumergido en una vida llena de pecados (mentiras, vicios, robos, fornicación, chismes, rencor, etc.); y que aún no ha aceptado a Cristo como su Señor y Salvador personal.

Ciertamente este milagro tiene una hermosa “enseñanza” para nosotros hoy, pues dice Romanos 15:4 «Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza». La Palabra es viva y eficaz, y siempre nos da una enseñanza.

Hoy podemos ver como muchos de nosotros estuvimos en el pasado viviendo una vida llena de delitos y pecados, una vida similar a la que viven hoy personas no creyente en el Señor y a la que vivía el endemoniado de Gadara; el cual según el relato de la Biblia podríamos asumir que era un hombre:

• Sin identidad.
• Había caído en la demencia: falto de juicio para actuar como una persona sobria, lo que trajo como consecuencia que perdiera su familia (el Señor le dice  “vete a tu casa”, Mc 5:19).
• Vivía entre los sepulcros, figura de “cementerios” y es interesante saber que bajo la “Ley” todo persona que estaba en contacto con “muertos” se descalificaban para participar en cualquier “actividad espiritual”, [Num 9:6-7].
• Violento, temido por todos.
• No tenía vida social.

Que preciosa escena nos describe la Biblia, el momento cuando este hombre vio a Jesús y de lejos corrió y se arrodilló, si bien es cierto que Jesús no aceptó las declaraciones de Su deidad que le hizo el gadareno pues estaban motivadas por Satanás; ahora bien, no es menos cierto que tuvo tanta misericordia que le libertó, sí, ejecutó una de las razones para la cual Él vino a esta tierra “para liberar a los cautivos”, [Isa 61:1]; pero el cautivo tuvo que acercarse para El moverse a misericordia.

Jesús le preguntó su nombre, y él respondió Legión, siendo este un término militar que utilizaban los romanos para llamar a la» tropas compuesta por más seis mil hombres»; lo que nos muestra que el gadareno estaba poseído por más de seis mil espíritus inmundos, los cuales lo tenía en una condición patética y en pie de guerra contra Dios y el mundo.

La legión le rogó que enviase los demonios a los cerdos que estaban siendo apacentados allí, pues no se querían ir de esa región; aquí debo hacer la aclaración de que las personas que estaban realizando esa labor estaban violando la ley, ya que para los judíos los cerdos son animales inmundos.

Como sabemos a los cerdos les deleita bañarse en el fango, así como al hombre pecador le embelesa estar en el fango de los placeres de la carne y en su vana manera de vivir. De la misma manera que los apacentadores de los cerdos los alimentaban de porquerías, asimismo el hombre pecador alimenta su cuerpo, alma y espíritu de cosas inmundas, cosas que les desagradan a Dios y que no permite al hombre vivir en santidad, sin la cual nadie podrá ver al Señor, [Heb 12:14].

Seguimos leyendo el relato y vemos como la misericordia de Jesús alcanzó al endemoniado, y le sanó. ¡Milagro! Sí, Jesús sanó su ser integral:
• Su cuerpo, el cual estaba lacerado por las múltiples heridas que él mismo se provocaba, [1 Reyes 18:28].
• Su alma, pues volvió a tener “su juicio cabal”.
• Su espíritu, ya que anhelaba continuar el camino con Jesús, ser uno de los suyos.

¡Que linda noticia lo acontecido! Dice la Biblia en Marcos 5:15 «Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal». Aquí volvemos a ver la transformación de su ser integral:
• Sentado= espíritu: Anhelaba aprender de Jesús, “a los pies del maestro se aprende”.
• Vestido= cuerpo: Esto nos habla de su testimonio exterior, lo que los demás podían ver.
• Juicio cabal= alma: Asiento de todos los sentimientos.

Para concluir mi comentario, podemos notar que esta transformación radical tan sorprendente, convirtió a este hombre en una persona obediente pues Jesús le envió a testificar y así lo hizo, ya que pasó de ‘ser un endemoniado a ser un predicador‘. El quería seguir y permanecer con Jesús, «más Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Y se fue, y comenzó a publicar en Decápolis cuán grandes cosas había hecho Jesús con él; y todos se maravillaban», [Mc 5:19-20].

Hoy esta historia puede ser protagonizada por cualquiera de nosotros, pues se ha repetido en la vida de muchos:
– Hemos sido sanados por pura misericordia.
– Fuimos arrebatados del pecado, nuestro carácter ha sido transformado y somos personas diferentes.
– Amadores de Dios y reconocedores de que Jesús es nuestro Salvador.
– El Espíritu Santo mora en nosotros y anhelamos desde lo más profundo del corazón ser colaboradores de Jesús para poder expandir el reino de los cielos aquí en la tierra, contando cuán grandes cosas había hecho Jesús con nosotros; y todos se maravillarán; siendo obediente al mandato divino, la ‘Gran Comisión”,  «Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura», [Mc 16:15].

«Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)», [Efesios 2:4-5].

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones le sirva a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

 

Sandra Elizabeth Núñez

 

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