Como les había comentado en mi entrega anterior los Diez Mandamientos son básicamente un extracto de los más de 600 mandamientos contenidos en la Ley del Antiguo Testamento.
En esta ocasión estaré comentando brevemente sobre los seis últimos mandamientos los cuales concentran nuestra relación con los demás, y es decir su cumplimiento es una muestra del amor al prójimo tal como lo expresa Romanos 13:8-10NTV «No deban nada a nadie, excepto el deber de amarse unos a otros. Si aman a su prójimo, cumplen con las exigencias de la ley de Dios. Pues los mandamientos dicen: «No cometas adulterio. No cometas asesinato. No robes. No codicies». Estos y otros mandamientos semejantes se resumen en uno solo: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». El amor no hace mal a otros, por eso el amor cumple con las exigencias de la ley de Dios».
Es importante destacar que muchas personas se consideran ‘buenas gentes’ porque dicen vivir respetando los diez mandamientos, considerando que estas leyes dadas por Dios son sus pases para entrar al reino de los cielos; craso error, pues la Palabra Dios declara en Gálatas 2:16 «sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado».
Nuestro amado Señor Jesucristo dijo en Mateo 5:17RV60 «No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir». Solamente Jesús pudo cumplir toda la ;ey; sabemos todos que nadie más puede hacer las obras de la ley, y esto puede traer la siguiente inquietud «Entonces, ¿para qué se entregó la ley? Fue añadida a la promesa para mostrarle a la gente sus pecados, pero la intención era que la ley durara solo hasta la llegada del hijo prometido. Por medio de ángeles, Dios entregó su ley a Moisés, quien hizo de mediador entre Dios y el pueblo», [Gálatas 3:19NTV].
Mis amados amigos y hermanos, como sabemos la Biblia completa se resumen en dos temas: 1) Amar a Dios sobre todas las cosas y 2) Amar al prójimo como a nosotros mismos, de eso trata la Palabra de Dios, y es justo el enfoque de los Diez Mandamientos. La ley es buena y nos lleva a la cruz a rendirnos ante nuestro Salvador, «Dicho de otra manera, la ley fue nuestra tutora hasta que vino Cristo; nos protegió hasta que se nos declarara justos ante Dios por medio de la fe. Y ahora que ha llegado el camino de la fe, ya no necesitamos que la ley sea nuestra tutora», [Gal 3:24-25].
A continuación les comento brevemente sobre los mandamientos que concentran nuestra relación con los demás:
5. «Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da»: Este mandamiento nos habla de tratar a los padres con honor y respeto. Enaltecerlos y premiar sus méritos. El mismo tiene la particularidad de contener una hermosa promesa de parte de Dios y la cual también es mencionada en el Nuevo Testamento en Efesios 6:2-3 «Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra».
Todos nosotros hemos venido al mundo por medio de un padre y una madre, !y cuanto amor y protección nos han brindado durante toda sus vidas! Aquellos seres a quienes llamamos papá y mamá, merecen ser honrados, recordemos que cuando éramos pequeñitos fueron ellos quienes nos enseñaron inicialmente todas las cosas, con dedicación y grandes esfuerzos nos protegieron, educaron, instruyeron, en fin nos dieron todo por amor. Hoy la mayoría de nosotros somos padres y sabemos cuán grande amor uno tiene para con sus hijos, y eso me trae a la memoria el escrito atribuido a José Saramago, el cual transcribo:
“Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de cómo amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. Sí. ¡Eso es!
Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Cómo? ¿No es nuestro? Fue apenas un préstamo… EL MÁS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros sólo mientras no pueden valerse por sí mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias.
Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos. «
Continuamos ahora con:
6. «No matarás»: Este mandamiento nos habla de la santidad de la vida y en contra del asesinato de otro ser humano de forma premeditada. Con respecto a esto Jesús dijo en Mateo 5:21-22 «Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio».
Deseo aclarar que este mandamiento no se aplica a un soldado que va a la guerra, pues podemos leer más adelante como Dios mismo le dice a Su pueblo que destruyan a sus enemigos en la tierra prometida.
7. «No cometerás adulterio»: Este mandamiento nos habla sobre la santidad del matrimonio y prohíbe la relación sexual con otra persona que no fuera su esposo(a). El matrimonio inicia con la familia, que es el fundamento de la sociedad, por lo tanto es de suma importancia mantener la integridad de la unión familiar. Jesús dijo en Mateo 5:28 «Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón».
8. «No hurtarás»: Habla del robo de la propiedad, pero la palabra en hebreo se refiere a cualquier forma de robo y también a engañar.
9. «No hablarás contra tu prójimo falso testimonio»: Este habla de la santidad de la verdad, es esencialmente un mandamiento contra decir mentiras. Enfatiza la fidelidad hacia Dios y el prójimo.
10. «No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo…. ni cosa alguna de tu prójimo»: Este es un mandamiento en contra desear cualquier cosa que no te pertenezca, y que sea de propiedad de tu prójimo. La codicia está muy asociada a la envidia. Algo muy importante a señalar es que el codiciar puede conducir a quebrantar todos los mandamientos anteriores: honrar a padre y madre, matar, adulterar, decir falso testimonio y robar.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez