Este relato inicia con la misión que Josué entregara a dos espías enviándolos a explorar la tierra de Canaán y Jericó, ya que él sabía que era una ciudad fortificada y deseaba tener conocimiento en cuanto a su ubicación, sus accesos, el carácter y los recursos de sus habitantes a fin de establecer las estrategias idóneas a utilizar para la pronta batalla que iban a efectuar, siendo Jericó el primer objetivo militar a atacar.
Pues bien, una vez los dos hombres entran a esa tierra por influencia divina se alojan en la casa de Rahab, Dios los guió en la selección de aquel lugar por su conveniente ubicación y porque allí como extranjeros podían pasar desapercibidos y cuestionar todo lo que necesitaban saber; también le servirían de lugar de refugio, evitando así levantar sospechas sobre su misión.
A pesar de todas las precauciones tomadas, los centinelas que observaban todo lo que acontecía en la ciudad por seguridad de la misma, avisaron al rey de Jericó que espías israelitas estaban en casa de Rahab. Probablemente fueron delatados por sus vestiduras o su forma de hablar. En fin, en Jericó sabían que el pueblo Israel estaba cerca de su ciudad, lo más probable es que tuvieran atentos a cualquier situación fuera de lugar.
El rey de Jericó le envía a decir a Rahab que saque a los dos hombres que estaban en su casa, En esa época las casas de las mujeres eran respetada, y por eso es que las personas que fueron hasta allá nos entraron a buscar a los hombres; no obstante Rahab había actuado con mesura escondiendo a los hombres en la azotea debajo de los manojos de lino que se estaban apilados allí para que secaran (el lino parece espigas, su tallo se utiliza para confeccionar tejidos y su semilla, llamada linaza, se utiliza para extraer harina y aceite).
Rahab frustró el intento de arresto de los hombres, diciéndole que ellos no estaban allí y que le siguieren de inmediato para que lo pudieran alcanzar. Ella mintió, tal como hicieron las parteras que mintieron a Faraón en Exodo 1:18-19 «Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas». Dios no aprueba la mentira, y hago esta aclaración para que nadie piense que existen excepciones para mentir o que la Biblia aprueba que el hombre mienta. Recordemos que la Biblia narra los hechos tal como acontecieron y por eso está escrito este relato. Asimismo, podemos ver como en varias ocasiones hombres que tuvieron un pasado atroz, pero luego se arrepintieron y fueron restituidos; ejemplos de ellos son David, los apóstoles Pedro y Pablo, entre muchos más.
Continuando con nuestro relato, podemos ver que el motivo de la acción de Rahab era que tenía fe en el Dios vivo del pueblo de Israel, tanto ella como todos los cananeos conocían de los milagros y prodigios que Dios había hecho a favor de los hebreos. Y la verdad yo me preguntaba cómo era posible que los cananeos supieran acerca de Dios y vivieran en idolatría, y me puse a investigar y encontré que Dios les había dado oportunidad a los cananeos para que se volvieran a Él, les había “420 años” ya que Dios le había dicho a Abraham «Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí», [Gen 15:16].
En fin, de todos los habitantes de Canaán, Rahab la ramera, fue la única que llegó a conocer al Dios verdadero, nuestro amado Padre celestial, y debido a su fe escondió a los dos espías que envió Josué.
Ella estaba convencida de que Dios daría la tierra de Canaán a los israelitas, y pidió igual misericordia ante la invasión que venía diciéndoles a los espías que juraran que libraran de la muerte tanto a ella como a su familia, ellos aceptaron a cambio de que no los denunciaran. Los espías le dijeron que cuando ellos entraran a invadir la tierra pusiera en la ventana un cordón, el cual es una figura que sirvió como igual como la señal de la sangre en los dinteles de las casas de los israelitas en Egipto, de hecho espiritualmente ese cordón de grana es un símbolo de la sangre de Cristo. Hoy día espiritualmente esto nos dice que aun los más grandes pecadores pueden ser transformados por el poder de la sangre de Cristo, pues dice la Biblia en Marcos 2:17 «Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores».
Amados amigos y hermanos, recordemos lo que nos dice la Palabra en Romanos 15:4 «Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza». Ciertamente la historia de Rahab la ramera, espiritualmente nos habla a nosotros de la salvación, mi opinión en ese sentido la fundamento por lo siguiente:
- Ella era de Canaán, ciudad a la que Dios le había dado 420 años para que se volviera a Él, y aun así no quisieron, y se mantuvieron en sus delitos y pecados, e inmersos en dar culto a dioses paganos. Sin embargo, Rahab había oído de Dios, creyó y actuó. «Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios», [Ro 10:17].
Igual pasa hoy en día, al mundo se le predica la Palabra de Dios, la mayoría tiene sus corazones endurecidos y prefieren permanecer viviendo una vida desagradable a Dios, cargada de pecados; en cambio, otros aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, vivimos una vida en comunión con Él.
- Ella no murió cuando los israelíes invadieron Canaán y consumieron con fuego la ciudad, y todo lo que en ella había [Josué 6:24].
Igual sucederá con aquellos que no creen, «Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes» [Mt 13:41-42].
En cambio nosotros lo que hemos creído, esperamos su pronta venida, para vivir junto a Él por la eternidad. «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis», [Jn 14:2-3].
- Hebreos 11:31 dice: «Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz», pero lo más hermoso que podemos ver es que ella fue completamente restaurada pues luego se casó con un hombre llamado Salmón y la vemos en la genealogía de nuestro Señor Jesucristo en Mateo 1:5 «Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí».
Igual sucede con nosotros hoy, pues dice Juan 1:12-13 «Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios».
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez