Le doy las gracias a Dios por darme el hermoso privilegio de poder escribir acerca de mi hermosa travesía como una mujer cristiana que ama a nuestro Señor Jesucristo con todo su corazón, y de esa manera poder compartir mi fe y cumplir de cierta forma con parte del propósito que Él nos encomendó a todos, «Por tanto id, y haced discípulos a todas las naciones», [Mat 28:19].
Todos debemos aprender más de Su Palabra y de esa manera deleitarnos haciendo Su Voluntad; en fin, estar listos para nuestro encuentro con Él, pues muy pronto viene en busca de Su pueblo.
¡Aleluya, gloria al Rey, nuestro amado Señor Jesucristo!