“PASANDO POR EL DESIERTO”
Por mensaje privado varias personas me piden que continué escribiendo «Mis Cartas a Jesús», pues han sido de mucha edificación a sus vidas. Trataré de ponerme al día con esos escritos mu pronto.
Es bueno comentarles que esas cartas las escribí a mi Dios y Señor hace más de una década, en el 2005; en una etapa de mi vida en la cual pasaba por el desierto, pero acudí a mi Dios y Él me sustentó. Durante todo un año, permanecí escribiéndole al Señor todas las madrugadas, y veía como venía una prueba y clamaba al Señor y Él por su infinita misericordia y gran bondad peleaba mi batalla y me daba la victoria, para Su gloria. En otras ocasiones, no superaba la prueba y la volvía a repetir. Pero durante mi paso por el desierto, siempre vi la mano de mi Dios, Su protección divina estaba alrededor de mí. Hermanos, si lo hizo conmigo, también lo hará con ustedes, con aquellos que son “hijos de Dios” y confían en Él, entregándole sus cargas.
Los escritos “Mis cartas a Jesús” me quedan como constancia de que mi Dios es el mismo siempre, que Su fidelidad es eterna; que es Él está conmigo tal como dice en Su Palabra “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5c); y que si lo hizo el pasado, hoy también lo hará.
Recordemos que cuando se habla del “desierto” en términos espirituales, nos referimos a “pruebas y circunstancias difíciles” en nuestras vidas. Todos nosotros hemos tenido que atravesar el desierto cuando pasamos por diversas pruebas y hemos visto la mano de Dios actuar cuando depositamos todas nuestras cargas (pruebas) a los pies de Cristo; ya que es sólo así que podemos salir aprobados de ellas, teniendo en consideración lo que nos dicen algunos versículos, entre ellos:
• Someterse a Dios y resistir al diablo (Santiago 4:7)
• Orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17)
• Ser obedientes (Colosenses 2:6-7)
• Conocer las instrucciones bíblicas (Salmo 119:11)
Debemos recordar que aunque estemos pasando por ese valle de sombra de muerte, el desierto es un terreno de dependencia absoluta de Dios; es zona para comer el maná del cielo y beber el agua de la roca, que es Cristo.
El desierto es el lugar previo para cruzar el Jordán para entrar a Canaán, la tierra prometida (esto es figura de ser bautizado con el Espíritu Santo para vivir la vida en abundancia que Cristo nos vino a regalar).
Usted se preguntará ¿por qué tengo que pasar por las pruebas? La respuesta es:
1. Sabemos que las pruebas existen porque estamos en un mundo caído. (Recordemos el pecado de Adán y Eva en Génesis 3).
2. Dios permite las pruebas para probar nuestra fe, para determinar si nuestra fe es perecedera o persistente (1 Pedro 1:7)
3. Dios utiliza la prueba para capacitarnos para poder dar consolación de otros (2 Corintios 1:4).
4. Cuando pasamos por pruebas Dios nos va puliendo como diamantes que somos en Sus manos, «porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria» (2 Corintios 4:17)
5. Jesús dijo que en el mundo íbamos a tener aflicción (Juan 18:33), pero que confiaramos porque El venció.
6. En medio de las pruebas Dios nos muestra Su misericordia (2 Corintios 1:3)
7. Dios a veces nos pone en situación que solamente se puede resolver en Su sobrenaturalidad. Nos permite que estemos en una posición para que no podamos depender de nosotros mismos ni nos confiemos de nuestra capacidad. Que no confiemos en los recursos económicos ni humanos, pues Él es Soberano y de Él dependen todas las cosas.
Hermanos, Dios desea llamar nuestra atención a la esperanza celestial (Romano 5: 3-5). El desierto es solamente un lugar de paso, no de permanencia; nuestra meta es el “campo fructífero” (Isaías 32:16), ese territorio donde Dios nos introduce, la tierra que fluye leche y miel, la tierra prometida.
Dios te bendiga y te fortalezca en cualquier circunstancia que estés atravesando, Él es nuestro oportuno socorro, a Él debemos de clamarle en oración para que nos de la capacidad divina de actuar según Su santa voluntad para que seamos aprobados de las diversas pruebas.
Sandra Elizabeth Núñez
Dios le bendiga. Gracias por estos estudios, son edificante y ayudan a pasar el desierto. Gracias. Que Dios le siga bendiciendo y le ayude y le de salud. Pastora Pimentel