«Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro», [Heb 4.16].
Antes de pasar a comentarles sobre el Lugar Santísimo del Tabernáculo, donde residía la presencia de Dios, vamos a revisar si cumplimos con las enseñanzas espirituales que hemos aprendido durante nuestro estudio del Tabernáculo.
Nuestro recorrido por el Atrio y por el Lugar Santo nos ha mostrado ‘como vivir en comunión con Dios’ lo que nos lleva a nuestra meta final “estar delante de Su presencia” (Lugar Santísimo).
Nos detuvimos a hablar acerca de las enseñanzas espirituales del paso por esos lugares, así como de los muebles y objetos allí ubicados. ¿Por qué debemos hacer esto si eso es algo que ocurrió en el Antiguo Testamento (el viejo pacto) y Cristo ya vino y nos dejó un nuevo pacto? Esta respuesta nos es dada en la Biblia en 1 Corintios 10:11 «Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos». Ciertamente, todo esto nos sirve de guía en nuestro caminar cristiano.
Recordemos que el tabernáculo o santuario es una revelación de Cristo y Su obra redentora. Dios le dijo a Moisés en Éxodo 25:8 «Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos» La Palabra dice en Juan 14:6 «Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí». Vimos que cada una de las puertas que conducían a los compartimientos del Tabernáculo tenían como nombre uno de los “Yo Soy” que dijo Jesús.
Al considerar la comparación del tabernáculo con el caminar del creyente tomemos como referencia Hebreos 8:5 «los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte». Esto significa, referente a este estudio, que hemos visto figuras y sombras de cosas que van a venir. El antiguo pacto nos da la sombra mientras que el nuevo pacto nos da la sustancia, es decir el pueblo de Israel caminó en la sombra mientras que nosotros caminamos en la sustancia.
También los objetos del Lugar Santo nos hablan de nuestro ministerio por los demás:
a) Discipulado: Palabra + Espíritu + oración: Enseñamos la Palabra: El Espíritu Santo le da entendimiento para que estudien la Palabra y la pongan por obra y oramos.
b) Evangelismo: Palabra + Espíritu + oración: Nosotros predicamos la Palabra al no creyente; el Espíritu Santo le da el convencimiento y oramos.
Habiendo hecho todo esto, ya estamos listos para entrar al ‘Lugar Santísimo’, allí es donde habita la presencia de Dios!! «Por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios», [Ro 5:2].
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito “desde mi perspectiva particular” en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez