«Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino», [Heb 1:8RV60].
Esta oración habla de que la misma gloria y soberanía de Dios que venga a reinar aquí en la tierra. Es decir estamos pidiendo en oración a nuestro Dios que acabe con ‘el príncipe de la tinieblas, nuestro adversario, Satanás’, [Efesios 2:2 RV60], y que la soberanía del reino divino de nuestro Dios se manifieste.
Al declarar la petición ‘venga tu reino’, estamos clamando por el regreso por segunda vez de nuestro Señor Jesucristo nuestros Señor y Salvador a establecer Su reino en toda la tierra, desterrando así el pecado y la maldad de forma definitiva.
Deseo destacar que para ser partícipes de ese reinado, fue necesario que nos arrepintieramos, que cambiáramos nuestra forma de pensar, de forma tal que fuéramos dignos de formar parte del ‘reino de Dios’, tal como nos dice Jesucristo «Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado», [Mt 4:17RV60].
Recordemos, que ya el reino de Jesucristo está aquí pero aún no está completo. El vino a establecer “su reinado” en los corazones de los hijos de Dios, y esto lo hizo a través de la redención, sí pagó el precio con Su sangre por la conquista del territorio de los corazones de cada uno de los que le reconocen como Señor y Salvador. «Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén», [Apocalipsis 1:6 RV60].
Es bueno tener en cuentas que las tres frases que hemos estudiado anteriormente “Padre Nuestro”; “que está en los cielos” y “santificado sea tu nombre”, nos permiten estar confiados en hacer y esperar el cumplimiento de esta petición de “venga tu reino”, la cual además de estar completamente relacionada a que Él venga a buscar a Su pueblo, Su novia; también a que Él sea el que reine todo los días en nuestros corazones. Que su reino en nosotros cada día nos haga diferentes, hombres y mujeres llenos de amor, justicia, paz y gozo.
¡Gloria sea dada a nuestro Dios, Rey y Señor Jesucristo! Que Su soberanía divina impere en nuestras vidas.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito “desde mi perspectiva particular” en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez
Excelente, es un Reino de justos y nosotros hemos sido justificados por Su sangre.