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1.17 Abram y Lot se Separan

Este relato nos habla de la separación de Abram y Lot, su sobrino; el cual él consideraba como un hijo. Esta separación fue muy dolorosa para Abram, sin embargo él mismo propuso la separación debido a que: «Y la tierra no era suficiente para que habitaran juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar», [Gen 13:6]. Esa situación estaba provocando que los pastores de ambos tuvieran frecuentes altercados entre sí, y Abram no quería que eso fuera motivo para que entre ellos surgiera una enemistad.

Abram era un hombre “riquísimo” ya no solamente en las cosas espirituales y la fe, ahora también su fortuna en bienes materiales había aumentado sobremanera debido a todos los obsequios que había recibido del Rey de Egipto durante su permanencia allí  [Gen 12:16]. Su riqueza estaba conformada por ganado (ovejas, bueyes, camellos, asnos), además por gran cantidad de oro y plata.

 

Pues bien, Abram le expone a su sobrino la razón de su propuesta de separación, la cual era con motivo de conservar la paz, ya que tenían una estrecha relación familiar y por ende de amor, pues Lot era hijo de su hermano Harán (fallecido); y segundo porque el motivo de las contiendas era la insuficiencia de la tierra que habitaban juntos, sin embargo había una vasta extensión de tierra que estaba desolada, en la cual cada cual podrían radicarse, solucionando así su situación.

Abram era un hombre desinteresado y muy generoso, pues a pesar de que él estaba en ese lugar cumpliendo con el llamado de Dios, y se trajo consigo a Lot, cedió su derecho de elegir la tierra en la que quería habitar e invitó a su sobrino a que él escogiera donde quería estar, diciéndole «¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda», [Gen 13:9].

Me llama la atención que Lot no tuvo la gentileza de rechazar la propuesta de su tío de elegir primero la tierra, siendo esto una acto de respeto y cortesía, lo que me hace pensar que Lot era interesado y que aprovechó la ocasión para tomar ventaja y escoger “lo que él consideraba el más hermoso y mejor territorio”. El se fue hacia el oriente (este) y escogió la “llanura del Jordán”, lugar que se parecía al huerto del Edén, lugar donde había buen pasto y agua en abundancia. Pero también estaba allí “Sodoma”, «Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera», [Gen 13:13]. Esto me hacer recordar un famoso refrán “no todo lo que brilla es oro”, pues Lot escogió a un hermoso y fructífero lugar, con gran beneficio para sus “animales”, pero un centro de perdición para los «seres humanos», es decir que su familia no estaría exenta de ser influenciada por el medio ambiente, o afectada por la maldad; peor aún, que los estaba exponiendo a alejarse de Jehová, el Dios verdadero; ya que los hombres que vivían allí estaba completamente orientados al pecado y la idolatría. Lot se dejó seducir por la belleza y prosperidad.

Amados hermanos y amigos, cuántas veces nos hemos dejado deslumbrar por las apariencias, sin saber que ese es un camino del mal. Eso me hacer recordar como Samuel se dejó llevar por las apariencias cuando fue a ungir a David por rey, y Dios tuvo que advertirle «Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón», [1S 16:7]. También recuerdo «Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte», [Pr 14:12]. Clamamos al Padre para que nos de sabiduría para tomar nuestras decisiones, acorde a Sus propósitos divinos y a la perfecta voluntad de Dios.

Nueva vez vemos cómo Dios cuidó a Abram, pues la tierra que Lot despreció o no escogió, era precisamente la tierra prometida, la cual llegaría a ser una gran nación. Dios se vuelve a aparecer a Abram, y dice Génesis 13:14 «Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente». Desde el sitio donde Abram estaba tenía una vista extensa de toda la región, lugares del cual Dios le da promesa que será habitado por una poderosa nación, el pueblo de Dios, los descendientes de Abram, quienes serían tantos ‘como el polvo de la tierra’. Y por primera vez Abram ve la tierra prometida, pues Dios le dijo «Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre», [Gen 13:15). Inmediatamente Dios le da el siguiente mandato «Levántate, vé por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré», [Gen 13:16].

Por último Abram fue habitar Mamre significa ‘riquezas’, y Hebrón ‘comunión’. Abram moró en medio de riquezas y comunión con Dios. Dondequiera que iba edificaba altar a Jehová. ¡Qué historia tan hermosa!

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

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