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1.20 Encuentra Esposa para Isaac

Continuando con mis comentarios sobre el matrimonio de Rebeca con Isaac, el cual es figura del “Matrimonio de Cristo con Su novia, la iglesia”, deseo hablarles brevemente sobre algunas observaciones que son de suma importancia para la compresión de este hermosísimo capítulo.

Pues bien, ya sabemos que Abraham envió de viaje a su criado más antiguo, (aquel que le colaboraba con la administración de la casa); él le mandó que buscara novia para su hijo Isaac, la cual tenía que ser de su tierra y de su parentela. Semejante orden dio Dios a Jesús cuando lo envió a la tierra, pero «A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron», [Jn 1:11]; por lo tanto Jesús volvió al Padre y se quedó el Espíritu Santo con nosotros en la tierra, es Él quien está buscando y preparando a la novia: «Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho», [Jn 14:26].

Mis amados hermanos y amigos, recordemos que Cristo vino a la tierra y no tomó esposa, el paracleto, el Espíritu Santo, es quien está buscando esa novia, la cual será tomada de la parentela de Dios, no del mundo, sino de los que son llamados “hijos de Dios”, quienes han aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador.

Estando el criado en la tierra de Abraham vemos le pidió a Dios lo siguiente: «Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor», [Gen 24:14]. Y aconteció tal como pidió el siervo, Rebeca dijo “la clave” que había manifestado el siervo a Dios; no obstante le faltaba verificar una de las especificaciones dada por Abraham, ”que sea de su parentela”, y él le hace la pregunta «y dijo: ¿De quién eres hija? Te ruego que me digas: ¿hay en casa de tu padre lugar donde posemos?», [Gen 24:23]. Ante la respuesta positiva de la Rebeca, el criado adoró a Dios porque ya había encontrado la esposa para Isaac.

Algo de suma importancia que hemos de ver aquí es que el criado le pregunta si hay un lugar en su casa donde el pueda posar junto a sus camellos; esto nos habla de que el Señor toca la puerta, de que es una decisión dejarle pasar. Nos habla de que el Espíritu Santo quiere tratar con nosotros en nuestra intimidad, para de ese modo Él enseñarnos todas las cosas de Jesús, tal como dice Juan 14:26, y de esa manera enamorarnos del amado Señor Jesús. Debemos dar lugar al Espíritu Santo, andar agradable a Él, escuchar su voz pues Él nos llevará a la verdad y no va a redargüir de pecado, entre las muchas funciones que Él tiene que hacer en nuestras vidas.

Otro tema interesante que debemos tocar es con respecto a la inquietud que comunicara el criado a Abraham «El criado le respondió: Quizá la mujer no querrá venir en pos de mí a esta tierra», [Gen 24:5], es decir que la mujer tenía derecho a rechazar la oferta de matrimonio, lo que significa que la novia que el Señor anda buscando es absolutamente voluntaria, es decir interviene completamente la voluntad de la persona para aceptar el matrimonio, el ser novia para ser transformada en esposa de Jesús es opcional. Amados hermanos y amigos, ¿anhelan ustedes ser esposa del Señor? ¿Están listos y preparados para cuando Él venga a buscar a su iglesia, la novia?

El novio envió regalos hermosísimos a su amada, la novia; los ministros están postrados de rodillas, entregando los regalos, el Espíritu Santo los estaba entregando. Cuando el hermano de la novia, Laban, vio que le dieron joyas, se quedó maravillado, y él es figura de que no son novias, sin embargo andan detrás de los adornos, estaba plenamente interesado en lo que Dios da.

Pues bien, la familia de Rebeca le sirve comida al criado y le dijo la misión a la que vino; así es el Espíritu Santo con nosotros, nos cuenta todo, Él quiere que escuchemos su voz, porque ha sido enviado por Dios para una misión muy especial, prepararnos como novia. Al igual que esa familia debemos entender que todo procede del Señor.

En conclusión, vemos que al día siguiente el criado estaba listo para partir con Rebeca, y su madre y hermano le pide que la dejen con ellos por lo menos diez días, y él les dice que no le detengan que se deben ir, entonces en ese momento su familia le pide que le pregunten a Rebeca y que sea ella quien decida. Ella da un rotundo ‘Si iré’, ese ‘sí’ voluntario es semejante a cuando una novia se presenta en altar y le hacen la pregunta de si quiere casar, y lo único que anhela es ser la esposa y estar junto a su amado esposo.

El siervo fue a buscar una “Virgen” de vida de consagración y santidad, «Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor», [Heb 12:14], y la encontró. Rebeca se fue a casar con Isaac, su familia se quedó esperando que un día Rebeca y su esposo le visiten. Eso es lo mismo que sucederá en la Segunda Venida de Jesús, cuando Él regrese ya casado con su esposa a visitar a los que se quedaron, su familia lo que no se fueron en el arrebatamiento.

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

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