En este relato vemos como inmediatamente el templo fue dedicado Dios aparece a Salomón por segunda vez, esa manifestación tenía como fin establecer el pacto de Dios con él.
En esa conversación considero que tenía objetivo lo siguiente:
- Afirmar la fidelidad de Salomón en seguir las leyes de Dios.
- Dar repuestas a las peticiones que hizo a Dios en la oración de dedicación.
- Advertirlo del comportamiento que debía mantener, resultando eso en los beneficios de cumplir el pacto: Afirmar el trono de su reino sobre Israel por siempre, siendo eso a su vez una reafirmación del pacto de Dios con David [2 Samuel 7].
- El resultado de violar el pacto: Cortaría a Israel de sobre la faz de la tierra que les había entregado.
En su aparición lo primero que Jehová le dice a Salomón es: “Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia” (v. 3). Recordemos que en el capítulo 8 cuando estaba dedicando el templo, la presencia de Jehová estaba allí, pues Su gloria llenó aquel lugar [1 Reyes 8:11]. Jehová le estaba recordando a Salomón que su oración fue hecha en su presencia y que Él la escuchó. Esto tiene un hermoso significado para nosotros y es que Dios está cerca de Sus hijos y escuchas las oraciones hechas con un corazón sincero. Apelemos siempre a Su misericordia y a Su amor inagotable.
Pues bien, Jehová le continúa diciendo «Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días» [v.3], con esta da repuesta a la petición que hiciera en la dedicación del templo en 1 Reyes 8:29 «que estén tus ojos abiertos de noche y de día sobre esta casa, sobre este lugar del cual has dicho: Mi nombre estará allí; y que oigas la oración que tu siervo haga en este lugar». Mis amados hermanos y amigos, Dios responde nuestras oraciones, a veces nos habla a través de Su Palabra, otras nos dice «No», otras nos dice «espera».
Luego el Señor continúa con una condicionante, «Y si tú anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, en integridad de corazón y en equidad, haciendo todas las cosas que yo te he mandado, y guardando mis estatutos y mis decretos», [1 Reyes 9:4]. Alguien pudiera pensar, ¿cómo Dios tiene ese concepto si David adulteró y mató?; y respondo, un momento amados hermanos y amigos, ciertamente así hizo, pero después de eso David pecó se arrepintió, y el “arrepentimiento” es el acto de cambiar nuestra mente o pensamiento. Esta palabra viene del griego “metanoeó”, que significa “Cambiar de pensamiento – Pesar que viene del corazón – Rechazo de proceder indeseable”. Según el diccionario es el pesarle a uno haber hecho o dejado de hacer alguna cosa. Desde el punto de vista espiritual arrepentirse es sentir pesar y aflicción por los delitos y pecados cometidos debido al cambio de pensamiento provocado por el Espíritu Santo. El fin es que aunque cometió muchos pecados, él se arrepintió, su adoración a Dios fue sincera y con todo su corazón, además nunca cayó en la idolatría, jamás adoró a dioses inútiles.
Lo anterior, también es aplicable a nosotros, si nos acercamos a Dios con verdadero arrepentimiento, Él nos perdona, bien dice Isaías 44:22, «Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimi».
Continuando con las condiciones de Dios a Salomón, le dice que debe hacer todas las cosas que le manda, y eso es extendido a nosotros. Aquí Dios habla del beneficio de cumplir Sus mandatos, ya que estamos llamados a obedecerlo demostrando así nuestra fidelidad a Él y al hacer la voluntad de Dios nos irá bien en todo lo que emprendamos. Luego de Jehová darle las condicionantes le dice “Yo afirmaré el trono de tu reino sobre Israel por siempre”, siendo esto una reafirmación del pacto de Dios con David [2 Samuel 7]. Es decir Salomón y sus descendientes únicamente permanecerían como reyes si obedecían a Jehová.
También en la última parte de este relato Dios le hace una advertencia de en caso de que no cumpla con la condición “Sino lo hiciere y fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis” [v.6]. Es interesante ver que hasta este momento el rey Salomón tenía una íntima comunión con Dios, y que el pueblo de Israel aún no había ido pecado yéndose tras dioses paganos e inútiles. Con esto a mi parecer Dios les estaba diciendo algo como “no se crean que porque ya tienen un hermoso templo y les he visitado, ustedes ya están exentos de ir tras dioses ajenos, la única forma de permanecer haciendo Mi voluntad es cumpliendo Mis mandatos, estatutos y decretos.” Y ciertamente esa era la condición para garantizar una dinastía perpetua al rey y protección divina a Israel.
Finalmente, Jehová Dios le dice el resultado de violar el pacto: “Cortaría a Israel de sobre la faz de la tierra que les he entregado”. Salomón y sus descendientes hicieron lo malo delante de Dios, por eso perdieron el trono [2 Reyes 25]. El pueblo de Israel pecó, se fue tras los dioses paganos, por eso más adelante veremos que fueron llevados cautivos a otras tierras. Con esto vemos que Dios nos da libertad para actuar, es decir tenemos la libertad de pecar o no, ya que no somos robots, pero asimismo las consecuencias de nuestras malas decisiones y pecados las viviremos.
Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.
Dios les bendiga,
Sandra Elizabeth Núñez