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18.01 Job Varón Justo

El nombre Job viene del hebreo (H347), que significa “odiado”. Fue uno de los patriarcas el cual había sido identificado por Dios como un hombre de las siguientes cualidades:

  1. Perfecto (H8535): Moralmente integro en todo su actuar
  2. Recto (H3477): Justo, de parecer razonable
  3. Temeroso de Dios (H3373): Moralmente reverente a Dios
  4. Apartado del mal (H5637): Alejado de mal, vivía en santidad

Este hombre vivía en la tierra de Uz, esta ubicación es incierta, lo que se sabe es que estaba localizada al lado del desierto tal como expone el versículo 19. Debido al contenido del relato y para la aplicación espiritual de nosotros me atrevería a decir que esa ciudad podría ser cualquier lugar de nuestro planeta tierra, ya que en el mismo habitan hombres justos e injustos y las

adversidades nos acontecen a todos por igual, porque vivimos en un mundo caído donde lastimosamente el buen proceder no siempre es coronado, así como tampoco las malas acciones no son siempre castigadas.

Además de esas hermosas cualidades, Job había sido muy bendecido por Dios, siendo un hombre muy rico. Y por lo tanto sus hijos estaban acostumbrados a celebrar frecuentes banquetes o celebraciones, aparenta que estos vivían en sus propias casas, puesto que el relato menciona que se turnaban para hacer el convite, asimismo parecía ser una familia muy unida puesto que invitaban a sus hermanos «¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!», [Salmos 133:1].

Job vivió en el periodo de los patriarcas, antes de Jehová diera a Ley a Moisés y designara a los sacerdotes; y vemos aquí que en la época de Job el fungía como el sacerdote de su familia y ofrecía sacrificios por sus hijos. Infiero que Job se consideraba justo, por lo que pensaba que él no necesitaba presentar sacrificios por los pecados de él.

La próxima escena mencionada en el relato tiene lugar en el cielo, donde el concilio celestial de ángeles da cuenta a Dios, reunión que suele ocurrir en el cielo tal como podemos leer en 1 Reyes 22:19 «Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda».

Con respecto a esa reunión algo que llama poderosamente la atención es que Satanás también asistiera; resulta algo extraño para mi ver al acusador de las almas teniendo acceso al trono de Dios. Ciertamente para mí es un misterio, y por más que intenté indagar no hubo respuesta alguna a mi inquietud, por lo que recordé de Jeremías 33:3 «Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces». Claro está, hay cosas que no nos serán reveladas aún, «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová», [Is 55:8].

Otro asunto importante es que Dios le preguntó a Satanás de dónde venía, y éste le responde “De rodear la tierra y de andar por ella”, algo similar a lo que dice en 1 Pedro 5:8 «Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar». «Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?», [Job 1:8], y es que Job era un modelo de confianza y obediencia a Dios, y Satanás tiene interés en los santos de Dios.

Al leer la respuesta dada por Satanás de que Job era así porque Dios lo protegía, me hace pensar que Satanás sabe que a los que viven en santidad Dios los bendice y protege, no obstante juzgó a Job sin motivo, puesto que Job era un siervo de hermosas cualidades no porque Dios le había prosperado, sino realmente porque amaba a Dios. Ante esa situación Satanás desafío a Dios a que le quitara todo a Job para que se viera que él blasfemaría contra Dios, a lo que «Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová», [Job 1:12].

Pues bien, Dios permitió que Satanás atacara a Job de forma severa. Todo lo que aconteció a Job fue provocado por Satanás, no por Dios; pero lo más importante es que Dios restringió a Satanás de hacerle daño a la vida de Job. El límite era que no podía matarle, debía dejarle con vida.

Amados amigos y hermanos, con esta enseñanza de Job queda mostrado que muchas de las cosas que nos suceden aquí en la tierra solamente tienen respuestas en los cielos; solamente el Padre sabe por qué y para qué suceden, y Él como Dios soberano que es, solamente nos lo hará saber si es Su voluntad. Ahora debo dejar claro que no estoy hablando de situaciones adversas que nos suceden como consecuencias del pecado, no, estoy hablado de por qué suceden cosas malas a gentes buenas, como el caso de Job.

También deseo comentarles que el acusador de las almas no nos puede tocar sin el permiso de Dios, mientras estamos en comunión con nuestro amoroso Padre, viviendo en santidad y con la armadura de Dios, según Efesios 6:10-18. Recordemos siempre que el justo por la fe vivirá, es la fe nuestra armadura, solo así siempre estaremos cercado por su amor.

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

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