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Hemos llegado al libro de Job, al primero de los libros poéticos. El autor de este libro es desconocido, aunque la tradición judía estima que posiblemente pudo haber sido escrito por Moisés, si eso fuera cierto entonces la fecha probable de escritura seria aproximadamente 1,440 antes de Cristo.

No es conocida verdaderamente en la época en que vivió Job, sin embargo los teólogos investigadores coinciden en que pudo haber sido en los tiempos de los patriarcas, basados en la edad de Job [v 42:16], cuyo tiempo de vida fue de aproximadamente 200 años; asemejándose a la duración de la vida en el periodo patriarcal, un ejemplo es Abraham, quien vivió 175 años [Gen 25:7].

También es interesante comentarles que otra base que me hace inferir que Job vivió en el periodo patriarcal es el hecho de que él tenía conocimiento de Adán [Job 31:33], así como del diluvio de Noé [Job 12:15]. Lo 

anterior me lleva a deducir que Job vivió antes de Jacob, es decir antes de que los hijos de Israel existieran, puesto que en este libro no hace mención alguna sobre el pueblo de Israel.

Job fue un hombre recto, temeroso de Dios y apartado del mal, quien de repente su vida se convirtió en un torbellino de calamidades y sufrimientos, ya que Dios había permitido que Satanás lo atacara de una manera severa. Luego leemos que tres de los amigos de Job, sin éxito, intentan explicar la razón de su sufrimiento desde su perspectiva humana, hasta que Job se abandona en los brazos de Dios confiando en Él, quien finalmente lo termina bendiciendo abundantemente.

En el capítulo 1 vemos como existe un acontecimiento que sucedió en el cielo, y esto es una conversación entre Dios y Satanás, a quien Dios le otorgó el permiso para que atacara a Job, a fin de probar su integridad y confianza en Dios. Pero Él le puso límite, le dijo a Satanás que le podía tocar su cuerpo pero no quitarle la vida.

Pues bien mis amados hermanos y amigos, son muchos los temas espirituales que nos enseña este libro, entre ellos:

  1. Dios quiere probar la virtud, fe e integridad del creyente:
  • «Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad», [2 Timoteo 2:15].
  • «Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo», [1 Pedro 1:7].
  1. No podemos conocer la razón específica del sufrimiento humano, pues a veces es con propósito celestial que no podemos discernir, pero debemos confiar en nuestro Dios: Todopoderoso, quien siempre tiene el control.
  • «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios», [Salmos 46:10].
  • «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo», [Jn 16:33].
  • «Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él», [Jn 9:3].
  1. Dios disciplina a su hijos quienes han pecado:
  • «Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo», [Heb 12:6].
  • «Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa. Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado», [Num 12:10].
  1. Dios nos enseña a ser pacientes:
  • «He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo», [ Santiago 5:11].
  • «Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado», [Isaías 26:3].
  1. El arrepentimiento: Otra hermosa enseñanza que tiene este libro es sobre el arrepentimiento, vimos que Job se consideraba justo y actuaba como sacerdote de su familia. El presentaba sacrificios a Dios por si sus hijos hubiesen pecado (Job 1:6), pero no presentaba sacrificio por los pecados propios. Con esta situación de calamidad la cual llega a justos y pecadores, Dios nos muestra que hasta el hombre más justo necesita arrepentirse, algo hay siempre en lo que fallamos a Dios:
  • « El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento», [2 Pe 3:9].

Definitivamente hermanos y amigos, aunque estemos pasando por el horno de fuego, siendo sometidos a duras pruebas que traen consigo muchas calamidades y sufrimientos, en ese momento debemos acercarnos más a Dios, quien nos dará el consuelo que necesitamos, pues es nuestro Dios es amor y misericordioso. Estamos seguros de algo que la prueba terminará y la bendición de Dios nos llenará. «Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos», [Is 55:8-9].

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

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