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25. LAMENTACIONES

Debido a que el pueblo de Israel navegaba constantemente en las aguas de delitos y pecados; ese era su deleite, Jehová de los Ejércitos Celestiales derrama su ira sobre Su amado pueblo, Israel; permitiendo que el rey de babilonia los invadiera, destruyendo a Jerusalén, saqueando el Templo y luego quemándolo completamente, dejando ese hermoso lugar en sus cimientos.

Este libro está compuesto de 5 poemas a los cuales se les llama “lamentaciones”, estos muestran la profunda angustia y dolor por la que atravesaba el profeta que lo escribió, quien se asume es Jeremías. Él estuvo presente en la destrucción y al ver los escombros de aquella floreciente ciudad lloró desconsoladamente por aquellos que prefirieron continuar volcándose en sus pecados y rechazando a Dios.

 

Es bueno notar que una situación parecida vivió nuestro amado Señor Jesucristo, leemos en Lucas 19:43-44 «Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación». Aquí vemos como Jesús profetiza la destrucción de Jerusalén, y nuestro Señor también lloró por ese hecho que se avecinaba.

Amados hermanos, lo que le comenté anteriormente me puso a pensar en lo que dice:

«Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos», [1 Corintios 10:11].
«Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza», [Romanos 15:4 ].

Sí, definitivamente estamos viviendo tiempos muy similares, en donde hemos sido advertidos de la maldad, y las personas continúan descaradamente rechazando a Dios, y queriendo mantenerse en rebelión a la Palabra de Dios, a la voluntad de nuestro Señor. Pero existe una esperanza y esa es el amor de Dios, el Hijo de Dios, Él que es el único camino y quien murió para darnos vida a todos los que lo reconocemos como Dios y Señor, «Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte», [Romanos 8:2].

Que hermosa es la Palabra de Dios, acerquémonos a Él con un corazón contrito y humillado y por el amor inagotable que tiene nuestro Dios hacia nosotros podremos ver como se hace vida en los que le amamos la promesa que leemos en Lamentaciones 3:21-25 «Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca».

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones le sirva a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

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