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3.09 La Fiesta de los Panes Sin Levadura

Tal como les dije en mi comentario anterior, deseo dar por concluido los pocos comentarios que puede emitir con respecto al libro de Levítico hablándoles un poquito con respecto a las siete fiestas del pueblo de Israel, establecidas por Dios específicamente para Su pueblo y citadas en el capítulo 23 de ese libro, las cuales son llamadas “Las Fiestas del Señor”:

1. La fiesta de la Pascua [Lev 23:4-5].
2. La fiesta de los Panes sin Levadura [Lev 23:6-8].
3. La gavilla de las primicias [Lev 23:9-14].
4. La fiesta de Pentecostés [Lev 23:15-21].
5. La fiesta de las Trompetas [Lev 23:23-25].
6. El día de la Expiación [Lev 23:26-32].
7. La fiesta de los Tabernáculos [Lev 23:33-44].

Como sabemos estas celebraciones son de suma importancia para los Israelitas y mencionadas y practicadas por Jesús en el Nuevo Testamento; pero también es de muchísima importancia para nosotros los no israelitas, por supuesto desde una perspectiva espiritual, debido al significado que tienen en la trayectoria del caminar de la fe de todos los creyentes

Esta segunda fiesta nos habla espiritualmente de que después que hemos sido salvos (Fiesta de la Pascua), debemos ‘vivir en santidad’, y para ello es requerido alimentarnos de la Palabra de Dios pura y sin adulterar. Desde punto de vista espiritual esta fiesta es figura de la santidad en la vida cotidiana de todo creyente, y es bueno que recordemos que el pan del cual nos alimentamos, es de Jesús nuestro pan de vida «Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás», [Jn 6:35].

La fiesta de los Panes sin Levadura [Lev 23:6-8] es narrada en Exodo 12:15-20, allí están las instrucciones sobre esta fiesta, la cual se celebraba seguidamente después de la fiesta de la Pascua.

La “levadura”, es una sustancia que fermenta y levanta la masa del pan, siendo esto espiritualmente figura de que hace crecer el pecado. La “Levadura” es símbolo de:

a. Pecado: «No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad», [1 Co 5:6-8].

b. Hipocresía: «En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía», [Lc 12:1].

c. Falsa doctrina: «Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos», [Mt 16:12].

Esta fiesta duraba siete días, este número representa lo completo, la perfección. Es interesante ver que esta fiesta inicia y concluye un día sábado o día reposo, siendo esto figura del reposo que da Cristo al alma de los que en el Él creen y le han aceptado como su Señor y Salvador. Precisamente ese es el segundo estadio una vez hemos salido del mundo y recibido nuestra salvación por medio de la sangre de Jesús, estamos llamado a vivir en “santidad” apartados para el Señor, tal como dice [Efesios 4:13] «hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo».

Otro figura espiritual muy importante de la cual nos habla esta fiesta es la fecha de inicio de la misma, que es el día 15 de Nisán; el número 15 nos habla de gracia, misericordia y el amor de Dios para con su creación. Mis amados amigos y hermanos de la fe, es por medio a nuestro ‘Sumo Sacerdote’, Jesucristo, que tenemos la libertad para acercarnos a Dios, a Su trono, y Él es quien por su infinita gracia y misericordia nos equipará para vivir en “santidad”, y allí recibimos de Su amor inagotable, «Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro», [Heb 4:16].

Desde que somos salvos estamos llamados a “sacar la levadura de la casa”, siendo esto símbolo de que el juicio se inicia por casa, es decir el juicio empieza por la iglesia de los creyentes vivos, y esto para salvar a unos y condenar a otros, y esto lo afirma 1 Pedro 4:17 «Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?».

Dice Éxodo 12:15 «Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel». Nuestra lección espiritual con respecto a esa ordenanza es que desde el momento en que empezamos a alimentarnos de la Palabra de Dios, debemos hacerlo diariamente, estudiando y escudriñando la Biblia, digo esto debido a que el siete nos habla de completo y cada día nos habla de un proceso a seguir. Cuando el versículo dice “casa” nos habla espiritualmente del espíritu, alma y cuerpo del creyente.

Por último una vez elaborado el pan es necesario ponerlo al horno, y esto es figura de las pruebas y aflicciones por las que pasamos en nuestro caminar en la fe, pero que hermosa esperanza tenemos en Cristo, pues Él nos dijo «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo», [Juan 16:33].

Mis amados hermanos y amigos, continuemos escudriñando la Biblia, pues ¡La Palabra de Dios es tan deliciosa!, que nosotros a coro hoy decimos: «!Oh Dios, cuánto amo yo tu Palabra!», [Salmo 119:97].

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

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