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43.72 La Tristeza se Convertirá en Gozo

Continuamos con el último discurso de Jesús en el Aposento Alto, en esta ocasión los discípulos estaban sumamente ofuscados por el dolor que sentían porque el Señor les había dicho anteriormente que Él se iba, y ahora Jesús les decía «Todavía un poco, y no me veréis; y de nuevo un poco, y me veréis; porque Yo voy al Padre», [Juan 16:16].  Ellos no comprendieron lo que Jesús les decía, y ciertamente les estaba hablando de que prontamente sería arrestado, así como también de Su muerte, sepultura y resurrección. El Señor aprovecha y les dice con palabras esperanzadoras como puedo interpretarlas: “llorarán cuando me muera, pero su tristeza se convertirá en alegría cuando Yo resucite”.

Amados hermanos y amigos, en muchas ocasiones a nosotros nos pasa igual que a los discípulos no comprendemos lo que el Señor nos dice en Su Palabra, y esto puede deberse a que no permitimos que el Espíritu Santo obre en nosotros para ir alcanzando la madurez espiritual, la cual se logra a través de la lectura diaria de la Palabra de Dios, buscar más de Él en oración, de manera tal que logremos tener una comprensión más profunda de lo que leemos para así ponerla por obra, y clamar al Padre que nos vivifique en Su Palabra.

Luego el Señor les vuelve a decir a los Suyos que mientras ellos están llorando, Sus enemigos se regocijarían porque considerarían que han triunfado al condenar y crucificar a Jesús, sin embargo, eso durará poco, ya que Él resucitará y esto causará gran confusión entre ellos, y gran regocijo en Sus discípulos.  

“Voy a verles de nuevo” les dijo Jesús, y así fue, pues más adelante veremos como el Señor resucitó y durante 40 días se mantuvo con los Suyos.  ¡Qué gran gozo debieron sentir Sus discípulos cuando volvieron a ver al Señor de nuevo entre ellos! ver la gloria y la hermosura del Salvador. Nosotros al igual que ellos tenemos la tremenda bendición de recibir a Jesús en nuestros corazones y permanecer en Él, lo cual nos llena de gozo, pero también estamos a la espera del gozo mayor, que será cuando le veamos cara a cara, y en ese momento es cuando Él vuelva a buscar a Su Novia, la Iglesia, y esos somos todos los que le hemos aceptado como nuestro Salvador.

Al continuar leyendo los versículos de este estudio nos damos cuenta que Jesús nos habla de que podemos enfrentarnos a los problemas e incertidumbres de la vida experimentando al mismo tiempo el gozo del Señor, y para esto Jesús nos pone de ejemplo “a la mujer cuando va a dar a luz”; nosotras las que somos madres vivimos esos momentos de angustias y dolor pero cuando tenemos al bebe en nuestros brazos, sentimos un gozo o alegría tan inmensurable que olvidamos el dolor que acabamos de enfrentar.

Bien, con lo anterior podemos decir ‘problemas siempre tendremos, dificultades siempre habrán’, pero debemos dejar el humanismo atrás y actuar, no por emociones o sentimientos, sino por lo que dice la Palabra de Dios, y a pesar de las incertidumbres, las amenazas de los enemigos, la incomprensión de los que intentan acorralarnos; mantener el gozo del Señor.

Es bueno destacar el cumplimiento de la Palabra del Señor en ese sentido, pues más adelante veremos cómo Sus discípulos fueron perseguidos, y cómo aun a pesar del gran sufrimiento, ellos pudieron sentir el gozo del Señor «Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor», [Mateo 25:21].

Concluimos con el versículo Juan 16:24 «Hasta ahora nada habéis pedido en Mi Nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido».  ¡Qué hermoso!, a partir de ese momento, Él les dice a Sus discípulos que deben pedir en el Nombre de Jesús. Esto nos habla que debemos hacer uso de Su mediación ante el Padre, y de esa manera nuestro gozo será cumplido.   Es que hermanos y amigos, fue la sangre de Jesús que nos redimió, fue por Su sacrificio que hoy somos justificados y partícipes de la Salvación que nos lleva a la vida eterna.

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones le sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

 

Sandra Elizabeth Núñez

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