Saltar al contenido

48.03 Pablo Llamado por Dios (a)

A pesar de que los gálatas se habían apartado del Evangelio de Jesucristo y se habían vuelto a las prácticas tradicionales de los judíos, envolviendose en un mensaje falso; el apóstol Pablo al momento de dirigirse a ellos les llamó ‘hermanos’, y de inmediato uso como narrativa su argumento autobiográfico, una forma inequívoca de a sí mismo como modelo de evangelio.

Aquí es bueno hacer notar que esa época cualquiera cosa que luciera como un jactancia se consideraba  ofensiva para la audiencia, a menos que fuera para defenderse en beneficio de un tercero, quien para estos fines era Dios mismo, es decir que el apóstol estaba defendiendo el ‘origen divino’ de su mensaje, Evangelio que le fue revelado por medio de Jesucristo, es decir recibió del mismo Jesucristo lo que le había entregado a la iglesia. Esto iban en contraste con las enseñanzas del judaísmo, el cual le había sido enseñado a los gálatas por hombre judaizantes, quienes les estaban enseñando una falsa doctrina.

Pablo les recuerda “con qué violencia hice sufrir a los miembros de las iglesias de Dios, y cómo hice todo lo posible para destruirlos”, [Gal 1:13]; en ese tiempo antes de su conversión el único interés que el apóstol tenía era hacer todo lo que estuviera a su alcance con el único interés del ascenso del judaísmo. Su celo por las tradiciones era tal que estaba dispuesto a todo

Fue bien enfático en dejar claro que todo cuanto había aprendido lo recibió de Jesucristo y no de ninguno de los apóstoles puesto que solamente vio a algunos de ellos por primera vez tres años después de su conversión, [Gal 1:18]; también de alguna forma el apóstol se está refiriendo a su experiencia de Hechos 9.

Pablo le expone que supera a muchos de los judíos de su edad en conservar con rigor las tradiciones paternas, él había sido ‘fariseo’, y ese movimiento político, social y religioso era reconocidos por su apego a la tradición oral.  En el pasado Pablo había rechazado a todo aquello o aquel que se oponía a la ley

Con eso les estaba diciendo que sabía exactamente que los judaizantes intentaban agregarles sus costumbres al Evangelio de Jesucristo, que el mismo apóstol le había enseñado; y de esa manera estaban contaminándolo.

El apóstol Pablo está consciente que fue en el momento que le agradó a Dios llamarle, y no atribuye nada a sus propios méritos; estuvo consciente que el Soberano Dios lo llamó por amor y pura bondad; le convidó a ser cristiano, tal como lo ha hecho con usted y conmigo.  Sin embargo vemos como Pablo presenta su llamado al igual que el profeta Jeremías 1:5 «Antes de formarte en el seno te conocí, y antes que nacieras te aparté, y te designé por profeta a las naciones», es decir para que predicara su Palabra a las naciones, en esa época a los gentiles.

Ahora mismo Dios continúa llamando a que se acerquen a él, hoy igual que hace más de dos mil años el Señor continúa presentando el Evangelio de Salvación, para todo aquel que desee escucharlo.  Asimismo, ha preparado a un grupo de obreros para que prediquen Su Palabra, y muchos no nos hemos detenido a pensarlo, igual que Pablo Dios nos ha preparado, y sencillamente cuando ‘Él manda, respalda’, puesto que nos ha dejado un mandato a cada uno de lo que le conocemos y es: «Ustedes vayan y hagan más discípulos míos en todos los países de la tierra. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo», [Mat 28:19].

 Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

 

Sandra Elizabeth Núñez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *