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7.1.21 Algunas Características de la Oración

Desde el Antiguo Testamento quedó establecido que es a través de la oración como nos podemos comunicar con Dios; esto lo pudimos ver en nuestro estudio del Tabernáculo, específicamente con la ilustración del “Altar de Incienso”, el cual es figura de Cristo como “Sumo Sacerdote” intercediendo por los suyos; también es figura de la vida devocional de oración e intercesión que debe tener el creyente.

Recuerdo que hace pocos años dediqué un tiempo precioso a realizar varios breves estudios sobre “la oración”, siendo estos:

  1. El “Padre Nuestro”: Oración modelo que nos dejara nuestro Señor Jesucristo, en el cual hice analizando detalladamente cada una de las oraciones gramaticales que la componen.
  2. Tipos de oraciones”: El Señor me dio la gracia de asociar cada una de las oraciones gramaticales del “Padre Nuestro” identificando de esa forma algunos de “los diferentes tipos de oraciones” que podemos hacer.
  3. Principios de cómo orar: Estudiando el Tabernáculo en el Antiguo Testamento, específicamente “la Cornisa del altar de Incienso”, pude identificar algunos de los principios establecidos por Dios de “cómo orar”.
  4. Por qué nuestras oraciones no son contestadas: En mi última enseñanza sobre “la oración” les comenté que con mucha frecuencia oramos y no vemos respuestas de parte de Dios, y les dije, desde mi perspectiva particular, algunas de las razones por las cuales Dios no responde nuestras oraciones. (Favor ver la infografía titulada ‘Por qué la Oración no ha sido contestadas (Algunas razones).

 

Pues bien, durante esta semana en mi DEVOCIONAL he estado hablado con mi amado Señor y Dios y mi tema de meditación ha sido “la oración”, por lo que esta mañana vino a mi corazón Colosenses 4.1 «Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias», y ese versículo me dirigió a leer Santiago 5, y allí el Señor nueva vez me habla y pude comprender algunas de las características que debe tener “la oración eficaz”, entre ellas:

  1. Personal e Individual: Santiago 5:7-20 es un pasaje titulado en la versión RV60: “Sed pacientes y orad”; y específicamente en los versículos 7-11 nos habla sobre la paciencia en las pruebas, y el resto del relato nos habla de la oración. Bien, les hago el comentario porque independientemente de estar en tiempos de aflicción como estar en tiempos de paz, “todos somos exhortados a orar”; los primero debemos orar para que Dios nos capacite en soportar con paciencia las pruebas por las cuales atravesamos; o los segundos, debemos elevar “cantos de alabanzas” a nuestro amado Dios, expresión de gratitud por Su misericordia, gracia y bondad.
  2. Unidad: Es de gran poder el orar los hermanos juntos, y esto lo dice Jesús en Mateo 18:19-20 «Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». Mis amados hermanos en la fe, aquí el Señor nos está diciendo que Él llevará la oración ante el trono de Dios, pues solamente Él es nuestro mediador.

De igual manera cuando se habla del aceite, debemos entender que el poder de la oración es el Señor Jesucristo, y que la unción es hecha en Su nombre.

  1. Fe: Dice Stg 1:6 «Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra». Heb 11:6 «Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan».
  2. Intercesión: Interceder es invocar por alguien y llevarle la carga a Dios. Es el momento donde el hombre se niega a sí mismo no pidiendo para el, sino para otros. Cuando intercedemos por otros en oración dejamos de pensar en nosotros mismos y comenzamos a pedir en oración por las “necesidades de otros”.
  3. Fervor: El significado de “fervientemente” en este versículo puede ser ahínco, pasión, empeño, celo, etc. Para tener una idea más clara podría decir que “Elías oró con todo su corazón”, «Clamé con todo mi corazón; respóndeme, Jehová…..» [Salmos 119:145ª].
  4. Persistente: Eso es mantenerse firme o constante en algo. La Palabra de Dios nos exhorta en Efesios 6:18 «orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos».

Amados amigos y hermanos en la fe, en este pasaje podemos ver como la oración de Elías fue eficaz, tuvo respuesta positiva de parte de Dios, ciertamente, tuvo eficacia pues logró el efecto que Elías desea y esperaba, y saben por qué? Porque oró acorde a los propósitos divinos del Padre.

Nuestro anhelo siempre es que Dios de respuestas favorables a nuestras peticiones. Recordemos lo que Jesús nos enseñó y es que cuando oramos debemos decirle siempre a Dios “hágase Tu voluntad”. Dice Isaías 30:21 «Tus oídos oirán detrás de ti una palabra: Este es el camino, andad en él, ya sea que vayáis a la derecha o a la izquierda». Y para mi esa palabra es la voz de Dios dándonos la dirección a seguir en todos los caminos de nuestras vidas; entonces, siendo así, su respuesta será “SI; o, ESPERA; o NO”; pues Él es quien nos dirige y nos dice «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios» [Salmos 46:10].

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito “desde mi perspectiva particular” en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

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