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7.2.4. Tiempo Cronológico de la Iglesia

 

«Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;   para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:  Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo»,  [Mt 13:34-35].

Iniciamos nuestro estudio con la presentación de un pequeño resumen de  las siete parábolas que están registradas en Mateo 13, las cuales representan el tiempo cronológico de la Iglesia desde su inicio el día Pentecostés hasta su madurez; el día que el Señor Jesús venga a buscarla.

Ciertamente podríamos decir que muestra la progresión de la vida del creyente, desde que acepta a Jesucristo como su Señor y Salvador hasta el momento en que llegue el gran juicio final.

Así como la vida física está compuesta de etapas, así también la vida espiritual. Todo ser humano durante sus distintas edades tienen etapas que van desde la niñez hasta la vejez, así nosotros como cristianos también tenemos diferentes niveles que debemos de atravesar en nuestro caminar en la fe, siendo estos: oyente, creyente, discípulo, siervo y amigo.

Dice en Santiago 2:23NTV  «Y así se cumplió lo que dicen las Escrituras: Abraham le creyó a Dios y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios»,   Podemos ver en este versículo que:

  1. Abraham primero tuvo que ser ‘oyente’, alguien le había hablado de Dios.
  1. Luego leemos que le ‘creyó’.
  2. Continuamos leyendo el versículo y dice que tuvo fe, la cual como sabemos viene por el oír de la Palabra.
  1. O sea Abraham fue justo porque en él se hizo vida la Palabra;esto nos habla de que fue ‘discípulo’.
  1. Como la Palabra penetró en Abraham, decidió convertirse en  ‘siervo’ de Dios altísimo.
  1. Agradando esto a Dios, lo cual llevó a Abraham al nivel que todos debemos anhelar, ser ‘amigo de Dios’.

Desde la primera parábola nos damos cuenta, que todo inicia con el conocimiento de la trinidad, debemos conocer a Dios, Jesús y el Espíritu Santo y solo lo logramos a través de escudriñar Su Palabra «¡Oh Dios, cuanto amo yo tu Palabra!»,   [Salmos 119:97].

En conclusión, debemos ver cada una de estas parábolas en “orden escatológico”, entendiendo que estamos en los finales de los tiempos.

Deseo despedirme dejándole estas preguntas:

– ¿Amas a Dios con todo tu corazón? [Mt 22:37].

– ¿Aceptaste a Cristo como tu Señor y Salvador? [Jn 3:16].

– ¿Te consideras cristiano o eres cristiano? [Gal 4:6; Ro 8:9].

– ¿Crees que la Biblia es la Palabra de Dios? [2 Tim 3:16].

– ¿Crees que todo lo que está escrito es la Biblia es verdad? [Mc 13:31].

Pues bien amados hermanos y amigos, así Dios me lo permita, durante esta semana estaré presentándoles en detalle cada una de las parábolas descritas en esta ilustración.

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito “desde mi perspectiva particular” en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

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