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8.1.8 Hombre Soltero

Tal como les expresara en la infografía 8.1.6 del tema ‘Solteros Viviendo en Santidad’, me referiría a algunas de las necesidades identificadas el Dr. Willard F. Harley en su libro con fundamentos cristiano titulado «Lo que él necesita, lo que ella necesita”. Es bueno destacar que el Dr. Harley es cristiano y consejero matrimonial, identificó las necesidades durante todos sus años de consultas gratuitas que dio a cientos de parejas, con las cuales pudo recopilar esa información.

En mi infografía anterior, 8.1.7, publiqué las dos primeras ‘necesidades’ que los hombres y las mujeres con conflictos matrimoniales dijeron al Dr. Harley que son las necesidades que les hace falta para estar felizmente casados.  Pues bien, a pesar de mi disertación estar dirigida exclusivamente a los ‘solteros cristianos’, me permito hacer una extrapolación de esas necesidades a los solteros adultos. 

Dios nos declara Su voluntad de acuerdo a la conducta que debemos tener con respecto al sexo, el cual debe ser practicado únicamente dentro del contexto limitado y particular del ‘matrimonio entre un hombre y una mujer’,  convirtiéndoles así en  ‘una sola carne’; entonces en esta ocasión deseo iniciar comentándoles con respecto a la pureza sexual del hombre (esto también incluye a las mujeres). Considerando que para muchos la primera necesidad es la ‘plenitud sexual’, escogí los versículos mostrados en la imagen, ya que  definitivamente lo podemos relacionar con ‘pureza sexual’.

  1. «Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna», [Romanos 6:22].

Nuestro Señor Jesucristo dijo en Juan 8:32  «y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres», ambos versículos denotan que nosotros como hijos de Dios que mantenemos una relación con Él, ya no somos esclavos del pecado, y que por lo tanto llevamos una vida ‘santa’, (apartada de las cosas del mundo). Esa libertad hace que renunciemos al mundo y que los solteros tengamos un comportamiento sexual ajustado a las normas de conducta que Dios nos da que es, alcanzar la plenitud sexual únicamente dentro del contexto del ‘matrimonio’.

  1. «¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen?», (Proverbios 6:27-28).

Es muy importante destacar que en relación amorosa, noviazgos, entre solteros cristianos se deben evitar las expresiones de amor, específicamente me estoy refiriendo a las caricias inapropiadas o exponerse a la tentación, pues es como jugar con fuego; no se podrá escapar sin quemarse.

Asimismo es recomendable solamente visitar lugares públicos abiertos, bien iluminados y que puedan ser visitados por  personas cristianas; se de evitar estar en lugares ‘solos’, ya que eso ayudará a ‘huir de la tentación’. Recordemos que el pecado sexual además de quebrantar la ley de Dios, expone al hombre a consecuencias funestas tales como heridas emocionales individual y familiar, enfermedades, embarazos, y muchos otros riesgos.  Algunos podría pensar, ‘soy cristiano a mí nunca eso me pasará’, y yo le digo «Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga», [1 Corintios 10:12].

  1. «Huye de todo lo que estimule las pasiones juveniles. En cambio, sigue la vida recta, la fidelidad, el amor y la paz. Disfruta del compañerismo de los que invocan al Señor con un corazón puro», [2 Timoteo 2:22].

Las pasiones juveniles conducen a acciones irresponsables o al adelantarnos al tiempo de Dios, por la tanto a toda costa debemos alejarnos físicamente de la tentación ya que ella puede usar sus más íntimos y escondidos deseos para que no pensemos con claridad.  Aprendamos a controlar nuestros pensamientos, allí es donde el Enemigo tira los dardos y esa es una de las principales armas que tiene contra nosotros, por eso la Palabra nos manda a ponernos el yelmo de salvación, eso lo dice en Efesios 6:17  «Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios».  Estamos en este mundo «mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo», [Filipenses 3:20];  debido a eso seamos selectivos con nuestras amistades, «No os dejéis engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres», [1 Corintios 15:33]. Entonces disfrutemos de nuestra amistad con verdaderos creyentes, y que unidos  anhelamos agradar a Dios en todo, manteniéndonos con un corazón puro y esperando a los cónyuges que un día el Señor nos entregará.

  1. «Queridos amigos, dado que tenemos estas promesas, limpiémonos de todo lo que pueda contaminar nuestro cuerpo o espíritu. Y procuremos alcanzar una completa santidad porque tememos a Dios», [2 Corintios 7:1].

Somos templo del Dios viviente, eso nos lleva a aplicar la siguiente exhortación: ‘limpiémonos de todo lo que pueda contaminar nuestro cuerpo o espíritu’, y esa advertencia nos persuade a abandonar toda práctica con respecto a pecados del cuerpo, por ejemplo la fornicación, el adulterio, o poner el orden las vidas de los que están viviendo en concubinato, quienes deben dar el paso de establecer el pacto de unión bajo el matrimonio. Digo esto último porque particularmente aquí en Estados Unidos es común que las parejas vivan juntos bajo un mismo techo sin estar casados.  Entonces, «No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta», [Romanos 12:2NTV].

  1. «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» [Jeremías 17:9].

A Dios no se le puede engañar, Él conoce nuestros más íntimos anhelos, seamos prudente en nuestro andar. Saboreemos este versículo, escudriñemos nuestros corazones, doblemos nuestras rodillas ante Dios y clamemos que nos muestre qué debemos hacer para «… que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo», [Apocalipsis 22:11];  y el que está en pecado que se arrepienta, reciba la dádiva del perdón de Dios y que se aparte de tal mal y así mantenga viviendo con pureza sexual.

  1. «… y trata a las jóvenes como a tus propias hermanas, con toda pureza», [1 Timoteo 5:1-2].

Este versículo nos habla acerca del respeto que el hombre debe tener hacia la mujer; para nuestro tema podemos considerar que el hombre debe tratar a su novia con toda pureza. Es decir en su noviazgo reine la pureza, y el cumplimiento de lo que nos pide nuestro Señor: «… Sed santos, porque yo soy santo», [1 Pedro 1:16].

Oremos a Dios para que nos mantengamos limpios y puros para los cónyuges que un día el Señor nos entregará. En mi próxima disertación les comentaré a las mujeres.

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito ‘desde mi perspectiva particular’ en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones le sirva a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez8

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