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8.3.4 Ser una persona moral en nuestro carácter y conducta

En mi devocional de esta mañana leía 2º de Corintios y al concluir reflexioné acerca de cómo la imagen de Dios en el hombre le provee un potencial para ser una persona moral en su carácter y conducta; por eso deseo compartirle 4 sencillos aspectos de cómo a mi parecer debe funcionar la imagen de Dios en el ser humano.

«Este es el libro de las generaciones de Adán. El día que Dios creó al hombre, a semejanza de Dios lo hizo», así inicia Génesis 5.  Luego Leemos Genesis 2:7 «Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente», declarando que el ser humano está constituido de manera tal que fuera semejante a Dios, o sea un ser racional y moral.

En el Nuevo Testamento leemos «porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos», [2º Cor 5:14-15].  Es decir que “vivir para Cristo, significa imitarle en todo nuestro andar, que para nosotros debe ser un deleite el hacer la voluntad de Dios y obedecer Sus mandamientos, lo cual repercutirá en ser humanos con una conducta moral agradable a Dios.

Dios le dio un mandato al hombre y este es: «…porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo», [1a Pedro 1:16]. Sabemos que la Santidad absoluta es un atributo de Dios, sin embargo al hombre le compete la santidad posicional otorgada al aceptar a Cristo como su Salvador.

A sabiendas de que producto del pecado el ser humano ha desvirtuado completamente su esencia, y por la redención de nuestro Señor Jesucristo y la aceptación y reconocimiento de que Él es el único Salvador y mediador entre Dios y los hombres, es que somos hijos de Dios, es decir, hemos sido hechos nuevas criaturas, tal como expone 2 Corintios 5:16-17 «De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas».

Observemos que en el versículo 16 los apóstoles dicen que ya no conocen a Cristo tal como lo hicieron cuando Él estuvo entre ellos de manera física, sino que ellos ahora lo conocían como el Hijo de Dios resucitado, el Salvador, el mediador entre Dios y los hombres. Asimismo a aquellas personas que habían aceptado a Cristo como su Salvador tampoco la iban a conocer según la carne, y esto lo dicen afianzado en los versículos anteriores [12-15].

Aspectos:

1) La Capacidad y la Responsabilidad De Señorear Sobre La Creación: Hoy días esto es algo que está siendo ejecutado por el hombre, demostrado por los avances tecnológicos y el desarrollo. No obstante es bueno hacer mención que aunque el hombre está haciendo uso del dominio de la tierra ha sido necesario incluir el campo de la ética debido a la extralimitación del hombre en algunas áreas de conflictos.

2) El Discernimiento Ético: Éste funciona por medio de la conciencia, la cual es innata e influye con la enseñanzas de principios y sistemas de valores y espirituales; diferenciando lo bueno de lo malo, lo que ayuda a influir en el control del comportamiento y mostrar una conducta idónea delante de los ojos de Dios y de los hombres.  

3) La Personalidad: ‘Diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra. Conjunto de características o cualidades originales que destacan en algunas personas’ (Diccionario RAE). El fruto del Espíritu Santo se desarrollará en nosotros mientras más imitemos a Cristo y actuemos abrazando lo que Dios ama y desechando lo malo; así como poniendo por obra lo que hemos aprendido en la Palabra de Dios.

4) El libre albedrío:  A pesar de que los seres humanos tenemos la libertad para considerar las varias alternativas y tomar las decisiones según su propia preferencia, esto lo debemos hacer considerando que nuestras actuaciones deben estar en consonancia con lo que dice la Palabra de Dios.

Amados hermanos, ya nuestras actuaciones externas del pasado quedaron atrás, pues somos ‘nueva criaturas en Cristo’, por lo tanto hoy juntos podemos decir:  «Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí»,  [Gal 2:20].

Rogemos al Padre para que nos mantenga unidos a Él que nos llene de fuerza para poder rebasar de las situaciones que nos impiden vivir consagrados.  Que recordemos siempre que los que nos dice el apóstol Pedro 5:8 «¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar»; «Así que, el que piensa estar firme , mire que no caiga», [1a Co 10:12].  Confiemos en nuestro que nos prometió «No temas ni te desalientes, porque el propio SEÑOR irá delante de ti. Él estará contigo; no te fallará ni te abandonará», [Deu 31:8].

Dios les bendiga, 

 

Sandra Elizabeth Núñez

 

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