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7.3.3 La Puerta del Atrio

 

«Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos», [Ex 25:8], tal como dice en Hebreos 8:5 «los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte». Sabemos que el antiguo pacto nos da la sombra y el nuevo pacto nos da la sustancia, es decir el pueblo de Israel caminó en la sombra de las cosas y nosotros hoy caminamos en la sustancia.

Cuando Dios le dijo a Moisés todos los detalles para la construcción del Tabernáculo comenzó ‘desde adentro hacia afuera’, tal como hace Dios en nuestras vidas, es decir le dijo desde el lugar santísimo, luego el lugar Santo y por último el Atrio. Sin embargo, para que podamos entender mejor el Tabernáculo desde el punto de vista humano, le estaré comentado sobre el mismo ‘desde afuera hacia adentro’, es decir iniciaré desde el Atrio y concluiré con el lugar Santísimo.

En esta ocasión les comentaré sobre ‘la puerta del Atrio’, llamada ‘El Camino’ pues es el camino para llegar a la presencia de Dios. Estaba ubicada al lado Este y era la única entrada al Tabernáculo [Ex 27:16]. Como sabemos Jesús es la ‘Puerta”, pues dice en Juan 10:9 «Yo soy la puerta; si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto». Asimismo dice en Juan 14:6 «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí».

La puerta del Tabernáculo es lo bastante alta para no dejar ver lo que hay detrás, pues únicamente entrando es cómo podemos ver la gloria de Dios y la hermosura de nuestro amado Señor Jesús, todo lo que pueden ver lo que están fuera es quien es Él y Sus ministerios, el que no entra no lo puede conocer, aunque diga que cree en Él, aunque se llame “cristiano”, verdaderamente no conoce al Señor y está desechando la invitación maravillosa que Él le ha hecho para que se acerque a Él, pues el atrio o cerca separa a los que ven la cerca de lejos de los que están dentro, tal como dice Salmos 84:10 «Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, que habitar en las moradas de maldad».

Las especificaciones dadas por Dios a Moisés para esta construcción es una revelación del Señor Jesús, una muestra de ellos son los cuatro colores que tiene el telar de la puerta del atrio, los cuales están relacionados con la revelación de Jesucristo en cada uno de los cuatros Evangelios: azul, morado, escarlata y blanco (lino).

Deseo finalizar recordándoles, como les he dicho anteriormente, que estos comentarios o anotaciones los emito “desde mi perspectiva particular” en apego a los conocimientos propios obtenidos por mi estudio devocional de las Escrituras, la revelación del Espíritu Santo, así como por las enseñanzas compartidas por hombres eruditos de la Palabra de Dios. Por lo tanto, espero que mis anotaciones les sirvan a usted para continuar con sus lecturas propias de las Escrituras, las cuales sean transformadas en ‘escudriñar con gozo los tesoros que se encuentran en la Biblia, la Palabra de Dios’, de manera que también pueda identificar y ofrecer una aplicación especial y personal a su vida y así ser saciado del manjar que el Señor nos brinda en Su santa y bendita Palabra.

Dios les bendiga,

Sandra Elizabeth Núñez

1 comentario en «7.3.3 La Puerta del Atrio»

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